Un tema sobre la Seguridad de la Salvación
La Tesis 42 dice: La seguridad de la salvación continúa gracias a la relación personal que se tiene con Jesús cada día.
“Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la Vida” (I Juan 5:11-12).
¿Tiene usted al Hijo? ¿Sabe lo que significa tener al Hijo? Aquí el apóstol Juan indica que tener al Hijo o no tenerlo es el factor que determina si tenemos vida eterna o no la poseemos. ¿Pero qué significa la expresión “tener al Hijo”?
¿Qué quiere decir la expresión “tener al Hijo”? ¿Qué significa “caer sobre la roca”? ¿Cómo se “contempla al Cordero”? ¿Qué significa “extender la mano y asirse de la suya”?
Decimos: “tengo un amigo”; “tengo una esposa”; “ella tiene un esposo”. ¿Qué queremos decir con estas palabras? Estamos describiendo sencillamente una relación con esa persona.
Si tenemos al Hijo, es porque tenemos una relación con el Hijo de Dios. Nos referimos a pasar tiempo comunicándonos con él. Hablamos con él en oración. Lo escuchamos hablándonos en su Palabra. Trabajamos con él en los programas de testificación y de servicios comunitarios. De modo que si la base de la vida eterna consiste en “tener al Hijo”, quiere decir que la base de la vida eterna no es otra cosa que mantener una relación con Jesús, saber experimentalmente lo que significa pasar tiempo en comunión diaria con él.
La certidumbre de nuestra salvación no depende de nuestra feligresía; no se fundamenta en la pureza de nuestras doctrinas. Tampoco se basa en nuestra conducta. Depende de nuestra relación progresiva con una Persona.
“Los que mantengan su mirada fija en la vida del Señor Jesús obtendrán una entrada abundante en su templo espiritual”. — SDA Bible Commentary, tomo 6, pág. 1086. Ningún corazón renovado se puede mantener en condición apacible sin la aplicación cotidiana de la sal de la Palabra. La gracia divina se debe recibir todos los días, porque sin ella ninguna persona se puede mantener convertida”. – Elena G. de White, Review and Herald, 14 de septiembre de 1897.
La Tesis 43: Los cristianos deben poseer hoy la seguridad de la salvación.
¿Qué responde usted cuando alguien le pregunta: “Está usted salvado”? ¿Le ha sucedido alguna vez? ¿Cómo contestó usted?
Los escritos inspirados de nuestra iglesia nos amonestan seriamente en contra de decir: “estoy salvo”. Consideremos el consejo:
“Nunca debemos descansar satisfechos de nuestra condición y cesar de progresar diciendo: “estoy salvado”. Cuando se fomenta esta idea, cesan de existir los motivos para velar» para orar, para realizar fervientes esfuerzos a fin de avanzar hacia logros más elevados. Ninguna lengua santificada pronunciará esas palabras hasta que venga Cristo y entremos por las puertas de la ciudad de Dios. Entonces, con plena razón, podremos dar gloria a Dios y al Cordero por la liberación eterna. Mientras el hombre esté lleno de debilidades – pues por sí mismo no puede salvar su alma nunca debería atreverse a decir: “soy salvo”. – Selected Messages, tomo 1, pág. 314.
Pero por el momento limitemos nuestra atención a la pregunta acerca de si somos salvos hoy. ¿Está usted salvo hoy? ¿Cómo contestaría usted? ¿Es su respuesta: “Espero que sí”, o “yo creo que si» “espero saberlo cuando llegue el día del juicio” ¿O puede usted contestar con tranquila seguridad: “Sí, sí, hoy poseo la seguridad de la salvación”?.
La pregunta acerca de la salvación personal es la más frecuente en los círculos cristianos. Cuando a un público se le pide escribir una pregunta y se le dá la seguridad de que recibirá la contestación adecuada, la mayor parte de la génte pregunta acerca de la seguridad de su salvación. “¿Me encontraré yo en el cielo?” “¿Estaré entre los salvados?” “¿Ganaré la victoria?” ¡Es una especie de preocupación egocéntrica! En efecto, es uno de los métodos más efectivos que el diablo usa para concentrar nuestra atención en nosotros mismos y hacernos perder de vista a Jesús. En El camino a Cristo, página 72, se nos amonesta acerca de esto: “No debemos hacer de nuestro yo el centro de nuestros pensamientos, ni alimentar ansiedad ni temor acerca de si seremos salvos o no. Todo esto desvía el alma de la Fuente de nuestra fortaleza. Encomendemos a Dios la custodia de nuestra alma y confiemos en él. Hablemos del Señor Jesús y pensemos en él. Piérdase en él nuestra personalidad. Desterremos toda duda; disipemos nuestros temores”.
Siempre se debe vivir la vida cristiana un día a la vez. Busquemos a Dios cada día para tener comunión con él. Acudamos diariamente a él en busca de arrepentimiento y perdón. Coloquemos todos nuestros planes a sus pies, para que sean realizados o abandonados según lo indique su providencia, un día a la vez. Acudamos a él diariamente para recibir el derramamiento de su Espíritu, fortaleza para enfrentar las pruebas, y sabiduría para servir. Y si lo hacemos así, aceptaremos también la seguridad de su salvación uh día a la vez. “Si hoy estamos bien con Dios, también estamos listos para recibir a Cristo si viniera hoy”. – In Heaventy places. (En lugares celestiales) pág. 227.
Si cada día dedica tiempo para asegurarse que ha aceptado el hecho de que Dios lo ha aceptado a usted gratuitamente, su último día de vida en esta tierra lo encontrará entre los salvados para la eternidad.
Tesis 44: La Biblia enseña que cuando uno recibe la salvación sigue siendo salvo, durante tanto tiempo como elija mantenerse salvado.
Cierto predicador nazareno dijo: «Nosotros creemos que una vez que somos salvados, seguimos siempre salvados, con tal de que permanezcamos salvados». ¡Esta es una creencia que los adventistas del séptimo día tejemos en común con la iglesia de los nazarenos!
Un gran sector del mundo cristiano evangélico cree que todo lo que se necesita para ser salvo es un movimiento de cabeza afirmativo que se hace una vez en la vida, y la salvación eterna está asegurada. Consideran que no importa qué elecciones se realicen, ni qué dirección se le imprima a la vida a partir de la decisión inicial de seguir a Cristo, al fin de todo esa persona pasará por las puertas eternas para recibir la bienvenida en la Ciudad de Dios.
Pero la enseñanza bíblica es sumamente clara, acerca de este asunto: «Por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo» (Mateo 24:12- 53).
Como ya hemos visto, la seguridad de la salvación continúa durante tanto tiempo como nuestra relación con Dios permanece activa, y seguimos aceptando sus dones de arrepentimiento y perdón y gracia. La salvación continua depende de esta relación de fe con él, no de nuestros logros ni de nuestra conducta. Y ninguna relación puede seguir activa una v e z que ha sido descontinuada.
Por experiencia propia sabemos que es posible haber tenido alguna vez cierta relación con una persona, pero que dicha relación ya no exista en la actualidad. A menos que una relación se mantenga Viva mediante una comunión continua y una comunicación y un contacto adecuados, inevitablemente morirá.
Es importante recibir la salvación una vez. Es igualmente importante continuar aceptando la salvación.
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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