Jueves, 21 de mayo: en la homilía de la misa en Santa Marta, Papa Francisco dijo que los cristianos de hoy están llamados a pedir la gracia de la unidad y luchar para que entre ellos no se insinué el «espíritu de la división, de la guerra y los celos «.
Jesús muestra «la gran oración» para que la Iglesia este unida, que los cristianos «sean una sola cosa», como Jesús está con su Padre. Cristo manifestó también «la gran tentación» de no ceder al otro «padre» de la «mentira» y la «división».
«Tenemos que ser uno, una sola cosa, como Jesús y el Padre son uno. Este es precisamente el desafio para todos nosotros los cristianos: no dar lugar a la división entre nosotros, no dejar que el espíritu de la división, el padre de la mentira este entre nosotros. Siempre busquemos la unidad. Cada uno es como es, pero trata de vivir en unidad. ¿Jesús te perdonó? Perdona a todos. Jesús ora que seamos uno, una sola cosa. Y la Iglesia tiene gran necesidad de esta oración de unidad».
La unidad es tan importante que, destacó el Papa, «en el pasaje que hemos leído» esta palabra se repite «cuatro veces en seis versículos». Una unidad que «no se construye con pegamento». No existe, en efecto, «la Iglesia construida con pegamento»: la Iglesia se hace una con el Espíritu. He aquí, entonces, que «debemos hacer espacio al Espíritu, para que nos transforme como el Padre está en el Hijo, en uno solo».
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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