Reflexiones Sobre la Asistencia al Cine
La Mente y el Comportamiento.
Yo sí creo que una razón principal por lo que está sucediendo tiene que ver con lo que las personas están viendo y escuchando. Juegos de video violentos, películas inmorales, programas de televisión obscenos y música vil, están todos creando una generación impía similar a la raza anterior al diluvio. La inspiración registra la historia de esa sociedad: “El Eterno vio que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo sólo el mal”. Gén. 6:5.
¿Observó que la impiedad del hombre tuvo su origen en el ‘intento de los pensamientos de su corazón’? la palabra ‘intento’ viene del hebreo yetser, lo que significa ‘inclinación, tendencia o propósito’. Esto quiere decir, que una tendencia hacia la impiedad estaba en las mentes y en los corazones de los hombres antes que fuese manifestado en la conducta. El hombre sabio ciertamente dijo lo correcto cuando escribió: ‘Así como el hombre piensa en su corazón, así es él’. Prov. 23:7.
Pero el acariciar pensamientos malos raras veces permanece en la mente. La impiedad del corazón y de la mente de los antediluvianos muy luego se tradujo en una acción. Se nos dice en Gén. 6:11-12 que toda la carne había corrompido ‘su camino’ en la tierra. La palabra ‘camino’ en las Escrituras se refiere al conductor o a las acciones:
“A la vista de Dios, la tierra se había corrompido, y estaba llena de violencia. Miró Dios la tierra y vio que estaba corrompida, que la gente toda había corrompido su camino sobre la tierra”.
Tan mala se había vuelto la sociedad en solo 1400 años después de la creación, que se nos dice a través de la inspiración que “Y al Eterno le pesó haber hecho al hombre en la tierra, y le dolió en su corazón”. Gén. 6:6.
¡Imagine eso! ¡Las cosas estaban tan mal que hasta Dios estaba apenado de haber creado al hombre! Ellen White, en su libro clásico, La Gran Controversia, explica cómo lo que nosotros colocamos en nuestras mentes impacta nuestro comportamiento: “Hay una ley de la naturaleza intelectual y espiritual según la cual modificamos nuestro ser mediante la contemplación. La inteligencia se adapta gradualmente a los asuntos en que se ocupa. Se asimila lo que se acostumbra a amar y a reverenciar”. CS:611.
Refiriéndose específicamente a los antidiluvianos Ellen White escribió: “Contemplando el mal, los hombres fueron cambiados a su imagen, hasta que Dios no pudo más soportar su impiedad, y fueron barridos por el diluvio”. FEC:422.
En este artículo me voy a concentrar en un tópico que se ha convertido en un pararrayos en algunos círculos de la IASD. Realmente, no debiera ser tan controversial porque es claramente mostrado como un principio en la Biblia y en detalle en el Espíritu de Profecía y en el Manual de Iglesia. Me estoy refiriendo a la asistencia al cine.
Argumentos tradicionales en contra de la asistencia al cine.
Existen ciertos argumentos que tradicionalmente han sido usados contra la asistencia al cine. Algunos de ellos son:
- El lugar no es conducente con el crecimiento espiritual.
- Es una pérdida de tiempo.
- Es un gasto inadecuado de dinero.
- Es formador de hábito – la persona termina enviciándose.
- El contenido no es conducente con el crecimiento cristiano. Entre paréntesis, ha visto usted alguna película “buena” últimamente en el cinema?
Les garantizo que estos argumentos aparecen unos más fuertes que otros, pero sin embargo veremos que todos ellos poseen alguna validez en mayor o en menor grado.
¿Qué razones tenemos entonces para no ir al cinema?
importante en la vida. Ellas concentran nuestra mente en el aquí y ahora, esto es, ellas
hacen con que dejemos de mirar el cielo
y nos concentremos en la tierra.
Nos hacen pensar que las cosas terrenales son muy importantes. Lo externo,
artificial y temporal se convierten en cosas primarias, y no se hace ninguna
mención de la Biblia,
de la oración, de la iglesia, del cielo ni de la verdad. Las películas y los
shows de la televisión no son apenas cuestionables debido a lo que dicen, sino
que también por lo que no dicen.
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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