No hemos de ser charlatanes, o chismosos, o cuenteros; no hemos de dar falso testimonio. Dios nos prohíbe ocuparnos en conversaciones frívolas o necias, en hacer chistes o bromas, o en hablar palabras vanas. Hemos de dar cuenta a Dios de lo que decimos. Seremos llevados a juicio por nuestras palabras apresuradas que no hacen bien ni al que habla ni al que oye. FE:458 (1897)”. 1MCP:116.
Las bromas, los chistes y la conversación mundana pertenecen al mundo. Los cristianos que tienen la paz de Dios en sus corazones, estarán alegres y felices sin entregarse a la ligereza o frivolidad. Mientras velen en oración, tendrán una serenidad y paz que los elevarán por encima de todas las superfluidades.OE:135-136.
Hermanos míos en el ministerio, ¿demostráis en el círculo del hogar brusquedad, dureza, descortesía? Si lo hacéis, no importa cuán sublime sea lo que profeséis, estáis violando los mandamientos.
En este documento se muestran diversos escritos de Elena de White, inspirados por Dios respecto a los chistes, las bromas y chanzas que como adventistas debemos eliminar puesto que es un pecado ante Dios y debilitan y enfrían nuestra espiritualidad.
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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