Este tema fue escrito por nuestro hermano Byron Boror y publicado para Recursos Adventistas.
Juan 17:3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
Este es mi primer aporte a esta gran pagina en donde se comparte material de nuestra Iglesia, y estoy contento con la oportunidad que me dan para publicar este sermón que una vez prediqué.
El texto bíblico dice que la vida eterna consistirá en conocer a Dios, el Dios verdadero y a su Hijo Jesucristo, yo siempre me había preguntado esto, antes pensaba que en el cielo cantaremos, veremos, estaremos con Dios, pero el texto bíblico sugiere que nosotros los redimidos que habremos de participar de la gloria celestial, seguiremos conociendo a Dios, en su esencia y carácter para ser perfeccionados a Él. Notemos como empieza la oración de Jesús: “Y esta es la vida eterna…”, esta oración habla de vida eterna, y si habla de vida eterna ustedes ya se imaginarán que vida eterna es tiempo sin fin, eternidad es eternidad.
Ahora luego el versículo sugiere lo que haremos en el cielo: “…que te conozcan a ti”, pregunto ahora ¿Conocer a quién?, parece que se está refiriendo a una persona, a un ser personal, a alguien que existe, que tiene vida, algo que tiene voluntad. Cuando tú empiezas a conocer a alguien, empiezas contemplándolo. Entonces Jesús sigue diciendo en su oración: “… el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. Notemos que el Hijo Inmaculado de Dios nos esta diciendo en qué consistirá la vida eterna misma. ¡De seguir conociendo a Dios por toda la eternidad!
Ahora aquí viene la pregunta para ustedes mis estimados amigos y hermanos, esta pregunta tiene que ser personal, pregúntense ustedes mismos: ¿Realmente estoy conociendo a Dios? ¿Conozco realmente su divina voluntad de tal manera que mis oraciones son como su voluntad indique? ¿Paso todos los días el tiempo suficiente para conocerle? ¿Me agrada estar tiempo con Él, y saber sus planes para mi vida?
Son preguntas un tanto cuestionables verdad, porque realmente los que nos llamamos cristianos tendríamos que conocer en quien creemos. ¿Cómo puedes tu creer en alguien en quién tú no conoces?, parece que esa es la condición de muchos de nuestros hermanos, hasta incluso puede que sea la situación que tú estas viviendo en este mismo instante. Bueno un día escuchaste hablar de la Biblia, de profecía, de vida saludable, de la marca de la bestia, de los mandamientos de Dios, pero aún no conoces realmente a tu Salvador. Puede ser que asistas a una iglesia regularmente, y con eso puedes estar seguro de tu salvación. Hasta puede ser que tengas privilegios, puestos, eres un diácono o ministro, y esa es tu excusa para no tomarte un tiempo con Dios para conocerle.
Puede ser que la religión que practicas es la misma idolatría que Dios aborrece en Su Palabra. Recuerda que idolatría es colocar como prioridad algo que sustituya a Dios. Puede que sea la doctrina misma que tú adoras y no al Autor de esa doctrina. Quiero aclarar que todo lo que dije anteriormente no quiere decir que eso no sea parte de la vida cristiana al contrario, es parte de nuestra práctica, pero yo quiero llevarte a algo más profundo, y sigo insistiendo, CONOCES A TU SALVADOR REALMENTE.
Ahora quiero que veas este cuadro según la misma Palabra de Dios, porque puedes hacer todo lo que anteriormente te mencioné como parte de la vida cristiana, pero mira esto:
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. (Mateo 7:21-23)
Por favor lee despacio lo que dicen estos versículos, allí dice que, “…no todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” ¿Dicen estos versículos que todos los cristianos entrarán en el reino de los cielos?. Según la Biblia, dice que no todos entrarán, aún siendo cristianos tenemos el riesgo de perdernos, esto nos aclara que no es cierto aquello de que una vez salvo siempre salvo. Este versículo también nos indica acción, trabajo y servicio, porque entrarán en el reino de los cielos aquellos que hacen la voluntad de Dios, por consiguiente tendrían que conocer a Dios mismo.
Ahora Jesús mismo sigue diciendo: “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Leamos detenidamente, porque esto es realmente importante, el problema de estos cristianos no es la falta de profecía, de hecho tienen profecía, porque ellos mismo dicen que profetizaron en el nombre de Jesús, hasta echaban demonios, imagínate hermano y amigo, hacían lo imposible, y hasta llegaron al punto de hacer milagros. Todo lo hacían creyendo que agradaban a Dios, que hacían su voluntad, que de esa manera se ganarían el derecho al cielo, pero el siguiente versículo nos indica el problema real de todo esto.
Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. (Mateo 7:23)
Hermanos, aquí está la respuesta, el problema de estos cristianos, Jesús les dice que Él no los conoció. Ese es el problema verdadero, es un asunto de vida o muerte el hecho de que conozcas a tu Salvador. Y el asunto es serio porque si hoy estas en las filas de los cristianos puede que algún día te vuelvas un perseguidor de la Iglesia, que un día vayas a promover persecuciones contra tus hermanos que hoy se congregan en tu Iglesia. Mira lo que dice Jesús nuevamente:
Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado. (Juan 15:21)
Pregunto: ¿Cuál es el problema de estos que persiguen a los creyentes? Eso mismo hermanos, los que persiguen a los creyentes lo hacen porque no conocen a Dios.
Hermano esto de conocer a Dios entonces es un asunto de salvación o perdición como ya lo había mencionado antes. Imagínate si la vida eterna se tratará de seguir conociendo a Dios, donde todo será perfecto, donde ya no habrá ni una mancha de pecado, si es también necesario en esa condición celestial, seguir conociendo a Dios, entonces ¡Cuánto no ahora que estamos en un mundo de pecado!
Siempre me gusta mencionar esta historieta. Se dice que un hombre fue al cielo por accidente, y supuestamente cuando estaba por entrar en la ciudad celestial, el ángel que cuidaba la misma le preguntó: “Tu que vienes allí, detente. ¿Tú sabes cómo se llama este lugar? ¿Y a qué viniste aquí? ¿Tú sabes quién te esta esperando?
A lo que el hombre dice: “Bueno, a mí me trajeron a la fuerza a este lugar, no tengo idea de cómo se llame, ni siquiera sé quien me espera, y cómo se llama este lugar entonces, nadie me dijo nada”. El ángel responde: “Jesucristo mismo te esta esperando, el Hijo de Dios que pagó por tus pecados” Y entonces más extrañado el hombre, dice: “Y quién es Jesús. Mis padres hablaban de Él, escuchaba a esos fanáticos vecinos que lo mencionaban mucho, pero nunca lo conocí, parece que estoy en este lugar por equivocación”.
Esta solamente es una historia imaginaria. Ahora ves la importancia de conocer a Dios, imagínate que eso llegara a pasarte, claro te sentirías un completo extraño en el Cielo, donde todos conocen a Dios.
Ahora, ¿Cómo conoces tú a esos amigos tan cercanos que tienes?, me imagino que ellos y tú coincidieron en algún lugar, ya sea en el trabajo, en la calle, en el autobús, en la escuela, hasta en la misma Iglesia. No les tuviste confianza de un día para otro, primero supiste el nombre de ellos, al mismo tiempo se enteraron del tuyo, luego se fueron conociendo, seguramente empezaron a entablar conversaciones agradables, salían a jugar, a pasear, hacían cosas juntos, hasta que un día los invitaste a tu casa, porque es cierto, ¡No dejarías entrar en tu casa a alguien desconocido verdad!, en fin han sido hasta el día de hoy tus mejores amigos que no cambiarías por nada. ¿Qué sucedió entonces?, claro al principio, dudabas de la integridad de esas personas, porque no los conocías, pero cuánto más tiempo pasabas con ellos más aumentaba la confianza, que hoy en día los consideras como parte de tu familia. Es cierto, no llevan tu apellido, no son familiares lejanos, son personas que en un tiempo fueron desconocidos para ti, pero hoy por hoy son casi como tus hermanos.
Piensa en esto. Si todo esto es necesario para que haya confianza entre seres humanos, ¿no crees que también de esa forma puedes llegar a conocer a Dios verdaderamente? Un amigo me dijo que muchos no han entendido lo que significa ser cristianos. El me dijo: A Dios no le interesa la religión sino la RELACION. Suena un tanto extremo verdad, pero RELIGION entonces no es lo mismo que RELACION. Religión es lo que el mundo conoce en todas sus facetas y manifestaciones, pero una relación entre dos personas va más allá de una simple definición del diccionario.
Conocer a Dios es un asunto en el que ahora mismo deberías estar ocupado, las veinticuatro horas del día. Cuando Dios nos habla por medio de Su Palabra nos enteramos de Su Voluntad para nosotros (ESTUDIAR LA BIBLIA). Imagínate que tú solamente estudias la Biblia, es como si solamente una persona hablara en una conversación, no tiene nada de coherente que una persona hable todo el tiempo verdad. También tú debes responder a lo que Dios te está diciendo y a eso le llamamos ORACION. Platicar (Orar) con Dios no es una opción, es algo realmente necesario para que exista una amistad, y los amigos no están hablando solo de doctrinas, de normas, de reglas, no siempre hablan de lo mismo, los amigos hablan de la cotidianidad de la vida, y el tiempo muchas veces no alcanza para seguir platicando, por eso hermano, Dios quiere entablar una amistad contigo, Él sabe todo lo que te ocurre pero a Él le gusta que tú le cuentes de primera mano lo que estás pasando, para que cuando Él te responda, tú como le empiezas a tener confianza aceptarás todo lo que Él te recomienda.
Pero además ambos no se quedan en una simple platica, sino que a Dios también le gusta que tú le presentes a tus amigos, a aquellos que no le conocen todavía, llegará un momento en que tus amigos también serán amigos de Dios, imagínate, no solo serán tus amigos. Te pregunto: ¿Estas llevando estas buenas noticias (El Evangelio) a tus amigos, familiares, parientes, vecinos, a aquellas con quienes te relacionas todos los días? Esto es lo que muchos conocemos como TESTIFICACION.
Hermano querido mi deseo es que tú seas un amigo de Dios también, mira lo que dice este texto:
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. (Juan 10:27,28)
Notemos que en estos versículos las ovejas (los creyentes) conocen la voz de Jesús, y Él dice que las conoce también, y ellos le siguen. Tú solamente seguirás realmente a alguien que conoces y le tienes confianza (FE), porque sabes que quiere lo mejor para tu vida. Y no solamente eso, sino también Jesús dice que nadie será apartado de su mano, él te protegerá, te guiará, porque su interés es que tú seas realmente feliz.
Puede ser que aún no tengas la experiencia de conocer a Dios. Un día oiste hablar de Jesús, a lo mejor te gustaron sus doctrinas y por eso sigues en la Iglesia, puede ser que tú ya sabías que los diez mandamientos de la Ley de Dios siguen vigentes, y por no sentirte pecador te uniste a la Iglesia; puede ser que estabas enfermo y escuchaste el maravilloso mensaje de salud, y bueno como muestra de agradecimiento por eso siguen en la Iglesia, pueden ser todas las razones que tengas, pero conocer a Jesús y tener una relación diaria con Él es la base de toda una vida cristiana exitosa.
A lo mejor ya pasaste muchos años sin encontrarle sentido a la vida cristiana y crees que por estar 40 años en la Iglesia tú ya mereces la salvación por los años que llevas, pero tu vida no tiene sentido, estas molesto, buscas solo errores en la Iglesia, y hasta los estudias, pero igualmente eres infeliz, hasta puede ser que dejaste de estudiar la Biblia, sea la condición que tengas, el Señor está esperándote en este mismo instante y en su corazón está el deseo de ser tu mejor amigo, ya no huyas dentro de la misma Iglesia y empieza hoy la interesante experiencia de tener al mejor de los amigos: Jesucristo. Él te está esperando, no tardes en venir a sus pies.
En el último libro de la Biblia, Él te dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. (Apocalipsis 3:20). Recuerda que Dios siempre tendrá esperanza de que uno de estos días tú le abras la puerta de tu corazón. Puede ser que nadie confía en ti, puede ser que creas que tú buscas a Dios. Al contrario Él te está buscando a ti.
Att. Byron Boror
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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