El autor, Ellen G. White, tenía una profunda comprensión del fanatismo, dijo Bergland, un psiquiatra adventista. A pesar de que White abogaba por cambios en la dieta y otros para mejorar la salud, ella explicó que llegar a los extremos era, en sus palabras, «el deseo y el plan de Satanás».
Es demasiado fácil volverse desequilibrado en nuestro pensamiento o mantener y apreciar una posición extrema. A menudo, somos bien intencionados y «correctos», pero como simples mortales podemos y seguimos siendo presa de opiniones engañosas sobre los temas de la reforma de salud, especialmente los relacionados con la dieta.
Nuestro enemigo quiere, escribió en su libro El Evangelismo, «introducir entre nosotros a personas que vayan a grandes extremos: hombres de mentes estrechas, que son críticos e incisivos, y muy tenaces en sostener sus propias concepciones sobre lo que la verdad significa. Serán muy exigentes y tratarán de poner en vigencia deberes rigurosos, exagerando muchos asuntos de menor importancia, mientras descuidan los problemas de más peso de la ley: el juicio y la misericordia de Dios. » ( p. 212).
Ella advirtió que «si Satanás no puede mantener a las almas atadas en el hielo de la indiferencia, tratará de empujarlas al fuego del fanatismo» (Carta 34, 1889), y de ese modo deshonrar la fe.
En los Consejos sobre el régimen alimenticio, White agregó: “Estos extremistas hacen más daño en pocos meses de lo que pueden deshacer en toda una vida. Están empeñados en una obra que a Satanás le agrada ver continuar. Me han sido presentadas dos clases: la primera, constituida por los que no están viviendo de acuerdo con la luz que Dios les ha dado; en segundo lugar, los que son demasiado rígidos para llevar adelante sus ideas unilaterales de reforma, para imponerlas a los demás. Cuando asumen una posición, se aferran a ella y se llevan casi todo por delante. ”(pp. 229).
En 1901, White también escribió: “ Tengo algo que decir con referencia a los extremos acerca de la reforma pro salud. La reforma pro salud llega a ser una deformidad, que destruye la salud, cuando se la lleva a los extremos.” ( Consejos sobre el régimen alimenticio, pág. 238).
Por otro lado, seguir verdaderamente el ejemplo de Jesús evitará que lleguemos a los extremos, dijo Bergland. Citando a White una vez más, esta vez de su libro Obreros Evangélicos, enfatizó: “Los que estudien detenidamente la Palabra, siguiendo a Cristo en humildad de alma, no irán a extremos. El Salvador no iba nunca a los extremos, nunca perdió el dominio propio, nunca violó las leyes del buen gusto.” (p. 332).
A través de AdventistWorld
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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