El libro de Hebreos, en su capítulo 9, nos sumerge en un profundo misterio que trasciende las barreras del tiempo y el espacio: el ingreso de Cristo al Santuario Celestial. Este evento reviste un significado cósmico, ya que conecta el santuario terrenal, erigido por manos humanas, con su contraparte celestial, que es una figura del verdadero. En las palabras del autor de Hebreos, descubrimos el principio de la obra redentora de Cristo en favor de la humanidad, un acto que trasciende los límites terrenales y se extiende hasta los confines del universo.
El santuario terrenal, un lugar de adoración y sacrificio en el antiguo Israel, sirve como un símbolo tangible de la obra de Cristo en favor de la humanidad. Sin embargo, el santuario celestial, del cual el terrenal es una sombra, ocupa un lugar central en la cosmogonía divina. Desde allí, Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, distribuye bendiciones en tiempo real a medida que las almas se arrepienten y establecen una relación salvadora con Él. En este lugar santo, también se evalúa la condición de cada individuo en el juicio final, un momento solemne que trasciende nuestra comprensión humana.
La obra de Cristo en el santuario celestial es una manifestación del amor y la compasión divinos.
El acto de alabanza que se lleva a cabo en este lugar sagrado es una escena poderosa y conmovedora que se describe en el libro de Apocalipsis. Los seres celestiales, incluyendo a los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos, se inclinan ante el Cordero, sosteniendo arpas y copas de incienso. En un cántico nuevo, proclaman la dignidad de Cristo para tomar el libro y abrir sus sellos, ya que fue inmolado y con Su sangre nos ha redimido de todo linaje, lengua, pueblo y nación. Es un momento de adoración que resuena en todo el cielo y revela la magnitud del sacrificio de Cristo en la cruz.
Este artículo se adentrará en la importancia del santuario en el plan de salvación, el papel crucial que Jesús desempeña como Sumo Sacerdote en el santuario celestial y el significado profundo del acto de adoración que tiene lugar allí. Además, exploraremos cómo la revelación de estos eventos nos invita a una relación más profunda y significativa con nuestro Creador y Salvador, transformando nuestras vidas a través de la gratitud y la alabanza.
Adentrémonos, por tanto, en el asombroso misterio de «Cristo en Su Santuario,» un viaje que nos llevará al corazón mismo del plan de salvación y nos recordará la magnitud del amor de Dios por la humanidad. En estas páginas, descubriremos cómo este misterio cósmico afecta nuestra fe y nuestra relación con Dios, invitándonos a una adoración más profunda y una comprensión más completa de su inmenso sacrificio.
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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