Cristianos indignados ante ceremonia libertina de la Última Cena de Jesús en los Juegos Olímpicos de Paris

«No os engañéis; Dios no puede ser burlado» Gal 6:7

Cristianos expresaron su ofensa por el libertinaje celebrado durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos en París, que mostró una representación de La Última Cena con drag queens como discípulos de Jesús, entre otros símbolos que irritaron a los espectadores.

Una de las representaciones que causó una gran ofensa el viernes por la tarde fue la representación de «La Última Cena» de Leonardo da Vinci. Se tocó la canción «King» mientras una mujer con corona aparecía como Jesús rodeada de hombres vestidos de mujer, uno de los cuales era un hombre con barba y pelo largo y rubio que luego bailó provocativamente por una pasarela, como lo haría una stripper. La pasarela estaba frente a la mesa de la Última Cena, donde una jovencita estaba de pie cerca de los hombres vestidos de mujer.

Romanos 1:24-25 «Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.»

Otras representaciones que ofendieron a los espectadores bíblicamente astutos incluyeron la cabeza de un becerro de oro y un jinete del Apocalipsis. El libro del Éxodo del Antiguo Testamento cuenta el relato histórico de cuando Dios liberó a los israelitas de la esclavitud en Egipto y les ordenó (Éxodo 20:2-5 ) no adorar a ningún otro dios ni crear ídolos para adorar.   

«Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.» Lucas 17:26-30

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- Elena G. White


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