Los vitales mensajes de Elena White a los líderes de iglesia tras la histórica sesión de la Asociación General de 1888, en Minneapolis, se publicaron como Testimonies to Ministers and Gospel Workers (Testimonios para los ministros y obreros evangélicos) en 1923. Pese a los años transcurridos desde que Elena de White escribió estos testimonios por primera vez, todavía llegan al corazón; sus textos sacuden el alma, señalan el amor de Dios y el poder de Cristo como insustituibles para salvar hasta lo sumo.
Dios tiene una iglesia, un pueblo escogido; y si todos pudieran ver como yo he visto cuán estrechamente Cristo se identifica con su iglesia, no se oiría un mensaje tal como el que acusa a la iglesia de ser Babilonia. Dios tiene un pueblo cuyos miembros son colaboradores con él, y ellos han avanzado hacia adelante, teniendo la gloria del Señor en vista. Escuchad la oración de nuestro representante en el cielo: “Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado”.
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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