¡Criar hijos! Esta tarea se esta haciendo cada vez más difícil. Nadie lo duda. El materialismo y la competitividad toman, cada vez más el lugar de la confianza, del amor y de la atención: factores indispensables para una buena relación entre padres e hijos. A pesar de las innumerables transformaciones de la sociedad, los elementos de los cuales las relaciones humanas dependen todavía son las mismas. Ellas constituyen la base de la formación del carácter. Los hijos todavía necesitan de los padres; ellos todavía necesitan de dirección, disciplina y de ánimo para crecer, madurar y convertirse en adultos independientes.
Vamos a combinar algunos conocimientos prácticos de la psicología con las permanentes verdades Bíblicas. Encontraremos una dirección sólida y equilibrada para desempeñarnos bien en la tarea de más largo alcance: Educar hijos.
1. Ser padre y madre
La llegada de un hijo es una experiencia maravillosa y única. Las responsabilidades que surgen, muchas veces traen también cierto sentimiento de temor. No es sólo una cuestión de ofrecer instrucción, ropa o alimento. Significa preparar hombre y mujeres para ser ciudadanos útiles a la sociedad y que amen a Dios y al próximo.
Si existe un deber que exija más sabiduría e inteligencia que cualquier otro, es la tarea de educar niños. ¡Es un desafío! Pero ser padre o madre también es un inmenso privilegio, pues es una gran oportunidad para la madurez personal.
En una conversación entre dos amigas, una que todavía no era madre dijo a la otra: “Como admiro tu calma y tu paciencia”. La otra entonces respondió: “Ay querida amiga, cuando limpias la alfombra de la sala con lujo de detalle, con todo esmero y después de algunos minutos tu hijita de un año esta saltando de alegría sobre la harina que acabó de desparramar en la alfombra limpiecita, o te irritas o aprendes a ser paciente y das una buena carcajada…”
Tanto el hombre como la mujer se hacen más bondadosos, más comprensivos y más tolerantes, cuando se entregan, de cuerpo y alma, a la tarea de educar hijos.
2. La importancia de la planificación familiar.
El ideal es que la llegada de un hijo en la familia sea planificada. Eso va a ayudar al niño a desarrollarse de forma adecuada, física, espiritual, emocional, intelectual y socialmente.
La educación de un hijo se inicia en la propia formación educativa de los padres. Por lo tanto, la planificación familiar necesita:
a) Priorizar el crecimiento y madurez de la pareja como individuos y como futuros padres.
b) Dar tiempo para que tengan cierta solvencia económica.
e) Preparar el ambiente para la llegada del hijo.
3. Las necesidades del niño
Todo ser humano tiene ciertas necesidades básicas y satisfacerlas en los primeros años de vida es algo vital. Es la época de amoldarse a las actitudes y comportamientos para la vida, pues si tales necesidades no fuesen satisfechas bien temprano, más tarde, el individuo tratará suplir tales carencias a través de otras alternativas, que tal vez sean destructivas. Puede ser que las personas que no tuvieron sus necesidades satisfechas tomen una de de las dos direcciones:
a) La reacción de huir, cuando la persona se retrae y se concentra en si misma.
b) La reacción del conflicto, mostrando una conducta agresiva.
Algunas de esas necesidades son:
- Valorización: La persona no vive bien consigo mismo si siente que no tiene valor. Desde temprano los niños aprenden que las personas están constantemente evaluando su desempeño. Cuando esas evaluaciones son genuinamente buenas, los niños desarrollan una autoestima saludable. Pero si fuese constantemente negativas, ellos desarrollan sentimientos de auto desvalorización, sentimiento básico en la depresión en adultos y niños. El individuo que no se siente valorizado, además de ser infeliz, no se siente apto para contribuir con la sociedad.
- Seguridad: El niño necesita sentirse seguro. El puede tomar un juguete o un cobertor para sentirse seguro. Conflicto entre los padres, mudanzas constantes, falta de disciplinas adecuada, críticas continúas, el acto de priorizar cosas y no personas y muchos otros elementos pueden generar inseguridad rn un niño.
- Aceptación: Establece una base sólida para el discernimiento y la autoestima. Niños y adolescentes que no se sienten aceptados por los padres, son más vulnerables a las presiones del grupo. La estima que una persona tiene de si misma y de los otros depende muho del tipo de aceptación que recibió cuando era bebé. Para demostrar aceptación a su niño, no lo sobreproteja, no lo compare con otros niños y no cree expectativas de que su hijo realizará sus sueños frustrados.
- Amor: Todo niño necesita de amor para poder desarrollarse plenamente. Cuando los padres demuestran, por medio de actitudes verbales y no verbales que aman a los hijos, les están dando el presente más valioso. A través del ejemplo de padres que se aman, los niños aprenden a desarrollar ese sentimiento por otras personas. El amor es una actitud aprendida. Involucra confianza, interés, disposición para oír y, además de todo acción.
- Elogios: “Puedo vivir dos meses alimentado por un buen elogio” (Mark Twain). Es fácil reprender condenar y culpar a los niños focalizando sus defectos, comportamientos desagradables y fallas. Pero piense en el cambio de conducta y en la alegría que resultaría si la cantidad de palabras de valorización a nuestros hijos fuesen igual o superior a las críticas. Si usted hace una declaración negativa, acerca de un niño, entonces serán necesarias cuatro declaraciones positivas para apagar el efecto. “Ahorre la vara y arruine al niño, eso es verdad. Pero además de la vara, tenga una manzana en la mano, y désela a su hijo cuando se comporte bien” (Martín Lutero).
4. El hombre como padre, la mujer como madre
El papel del padre tiene ciertas contribuciones para la formación de los niños que nadie más puede sustituir. La mayor responsabilidad del padre es la de ser un hombre bueno, derecho y presente. De él el niño, el adolescente o el joven aprenderán los rasgos masculinos que lo harán actuar como adulto. Si el padre desea que su hijo tenga actitudes saludables en relación al sexo opuesto debe ser un modelo de respeto.
A través de un relacionamiento de respeto y ternura, el padre debe ayudar a la hija a desarrollar su femineidad. Una razón por la cual muchas mujeres experimentan dificultades de comunicación y comprensión en sus relaciones con los hombres es el hecho de no haber desarrollado esa actitud en los primeros años de vida con su padre. El tipo de amistad que la niña tiene con su padre podrá afectar hasta su desempeño sexual más tarde, cuando ella crezca y se case.
El papel de madre es también muy importante, finalmente ella es la primera persona con quien el niño establece una relación emocional. Si esa relación es saludable, es probable, que el niño desarrolle una personalidad también saludable y un concepto positivo de si mismo. La causa de gran parte de los desordenes serios de la personalidad es la privación de la figura materna en la primera infancia.
5. Construyendo la auto imagen de los hijos.
Durante los primeros años de vida, podemos moldear la auto imagen de los niños. Y vale resaltar que la formación educativa no debe ser confundida con manipulación. Si queremos que un niño se deprima y se sienta inútil podemos conseguirlo. Bastaría con continuas palabras desvalorizándolo y el niño empezará a creer esas palabras y las incorporará a la forma como se ve así mismo.
Debemos hacer que el niño sienta su inmenso valor, mostrándole, a través de elogios frecuentes que es una persona muy especial.
- Hay varias maneras de expresar valor a un hijo.
- Mantener una actitud saludable en relación a usted mismo.
- Hacer que su hijo participe de las actividades domésticas, como de la toma de ciertas decisiones.
- Confiarles responsabilidades.
- Darles el privilegio de elegir, respetando sus opiniones siempre que sea posible.
- Enseñarles a valorizar más a las personas que a las cosas.
- Invertir tiempo con ellos.
- Tener un buen relacionamiento con su cónyuge.
- Demostrar amor continuo e incondicional por su hijo.
- Establecer una rutina regular en la familia, horario para las comidas, tareas, dormir, etc.
- Ejercer disciplina adecuada: Ni muy rígida ni muy blanda.
- Tocar a su hijo, abrazarlo, acariciarlo, decirle palabra cariñosas.
- Reconocer a cada hijo como único, evitando las comparaciones.
- Ayudar a su hijo a descubrir satisfacción en lo que hace.
- Aceptar, y orientar, las amistades de su hijo.
- Ser sinceros y honestos con su hijo.
- Reconocer que usted también se equivoca.
- Escuche a su hijo.
- Trate a su hijo como una persona de gran valor.
- Estimule a su hijo a expresar sus sentimientos de alegría, dolor, enojo de forma saludable.
- Elogiar siempre lo bueno que ve en él.
6. Enseñando los valores espirituales
Cualquier persona que vive los principios que el cristianismo enseña será un ciudadano de honra. El niño necesita modelos a seguir, por lo tanto de la oportunidad a su hijo de tener a Jesús cono su mayor héroe.
Las actitudes que el niño aprende durante los primeros años serán permanentes. La visión que un niño menor de seis años tiene de Dios es un espejo del concepto que tiene de sus padres. Por lo tanto, si usted quiere tener hijos obedientes, honrados, fieles, pacientes y que temen a Dios, tales valores deben ser estimulados durante los primeros años de la infancia, en ellos y en usted.
- Comience a transmitir las enseñanzas bien temprano, adaptándolos a la edad del niño.
- De un buen ejemplo, enseñe sin dar un sermón.
- Asista regularmente a las reuniones de su iglesia.
Educar hijos esa una gran tarea para la cual la mayoría de los padres no se encuentran preparados. Normalmente, los errores cometidos por los padres dejan consecuencias en los hijos para el resto de la vida.
Sin embargo la educación no será una tarea fácil, podemos tener la seguridad de que si tenemos el serio propósito de hacer de nuestros hijos, hombre y mujeres de bien y pedimos la dirección de Dios, Él nos dará la sabiduría necesaria.
“Instruye al niño en su camino; y aun cuando sea viejo, no se apartará de él”. (Proverbios 22: 6)
LEA MÁS acerca del tema estudiado
Hijos – Educando con éxito, Nancy Van Pelt, Editorial Casa Publicadora Brasilera.
Cuando el amor se transforma en ira. Kathy C. Miller, Editora Candeia.
Conducción del Niño, Elena de White, ACES.
MOMENTO de REFLEXIÓN
1. Piense en las necesidades básicas de un niño, conforme estudiamos en esta lección. ¿Será que usted suple esas necesidades de sus hijos? ¿En que puntos necesita mejorar?
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2. Piense acerca de qué concepto sus hijos están desarrollando de Dios a partir de aquello que usted es y de cómo usted actúa. ¿Las características de paciencia, perdón, protección y ternura son parte de ese concepto o predominan la indiferencia y el castigo?
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3. Verdadero (V) o falso (F)
( ) La llegada de un hijo debe ser planificada.
( ) Ser padre o madre pude ser una oportunidad de crecimiento para los padres.
( ) Debemos esperar que llegue la edad correcta para educar a los hijos.
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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