Los miembros de la Junta Directiva de la Asociación General, reunidos en la ciudad donde se organizó oficialmente la Iglesia Adventista, escucharon un llamado directo de parte de Ted N.C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial, que los instó a no olvidar las lecciones de la historia adventista.
Wilson tuvo a su cargo el sermón del sábado 13 de abril de 2013, en la iglesia conocida como el Tabernáculo de Battle Creek (Míchigan, Estados Unidos), como parte de un fin de semana planificado para conmemorar los 150 años desde que los líderes del por entonces naciente movimiento votaron organizar la confederación apenas unida de creyentes en lo que se denominó la Asociación General.
Los pioneros adventistas del siglo XIX, muchos de los cuales habían sobrevivido el “Gran Chasco” de 1844 del movimiento millerita (que esperó el regreso de Cristo a la tierra el 22 de octubre de 1844), seguían creyendo en el pronto regreso de Cristo, destacó Wilson, pero ahora se rehusaron a establecer fechas. A pesar de ello, muchos de ellos creían que la obra de proclamar los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14 se completaría rápidamente y que el regreso de Cristo era inminente.
Hoy día, los 17 millones de miembros de la Iglesia Adventista aún proclaman con entusiasmo el regreso inminente de Cristo, destacó. Wilson, el XX presidente de la iglesia desde que se organizó en 1863, preguntó si el movimiento había sido lo suficientemente fiel a las órdenes y consejos divinos.
“¿Por qué tenemos que seguir esperando en esta tierra?”, preguntó Wilson. “Por qué necesitamos seguir recordando aniversarios del establecimiento de la Asociación General? ¿Somos culpables de no obedecer y seguir nuestros propios consejos de ir hacia adelante, no hacia atrás? Dios ha llamado a la Iglesia Adventista como un movimiento con un mensaje y misión únicos. ¿Cuándo lo adoptaremos plenamente, recordando la conducción divina en el pasado? ¿Por cuánto tiempo seguiremos, al igual que el Israel antiguo, quebrantando nuestras promesas al Señor y siguiendo nuestros consejos y no los suyos?”
En su mensaje, que fue transmitido en vivo por el Hope Channel, una red de televisión satelital de la Iglesia Adventista mundial, Wilson explicó la importancia del aniversario no como un momento para celebrar, sino como un desafío para los adventistas actuales.
“Estamos celebrando 150 años aquí en Battle Creek porque no queremos olvidar quiénes somos, de dónde venimos y lo que Dios tiene para nosotros como su pueblo: un pueblo único con un mensaje único en un momento único de la historia de la tierra”, dijo Wilson. “¡Jesús viene pronto! Todas las señales apuntan al clímax de la historia. Es tiempo de proclamar los mensajes de los tres ángeles con el poder del Espíritu Santo. Es tiempo de cosechar los resultados del Proyecto del Gran Conflicto. Es tiempo de entrar en Nueva York y en muchas otras ciudades con el poder del fuerte clamor del proyecto ‘Misión a las ciudades’”. Es tiempo de usar plenamente un ministerio abarcador de salud que sea el brazo derecho del mensaje del evangelio. Es tiempo de dar la noticia al mundo, añadió, destacando varias iniciativas misioneras de la iglesia mundial.
Wilson enfatizó que los líderes de la iglesia mundial continuarán con su papel de guiar las múltiples operaciones globales del movimiento en tarea de seguir proclamando el mensaje del evangelio.
“La Asociación General seguirá firme de parte de la verdad divina como el ente supervisor general de la obra mundial de Dios”, dijo Wilson. “No disminuirá su sólida función de guiar y alimentar a los adventistas de todo el mundo hasta que se produzcan los eventos mismos de la historia lleven a que la persecución religiosa impida el funcionamiento de las organizaciones. Por la gracia y el poder de Dios, la Asociación General no se verá descentralizada, neutralizada o marginada”.
Como conclusión de sus declaraciones, Wilson dijo que la misión dada a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, desde los días de los pioneros y la organización de la Asociación General en Battle Creek hace 150 años, es particular de este movimiento.
“Este mensaje no será dado a otro grupo o iglesia”, declaró Wilson. “No habrá otra iglesia remanente. Ustedes y yo somos parte de la iglesia final que Dios ha preparado. Los 150 años de la Asociación General es simplemente un llamado para que avancemos en esa gran travesía por la senda angosta, permitiendo que Dios haga del reavivamiento y la reforma algo real en nuestra vida y en la de la iglesia”.
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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