¿Podemos imaginar qué clase de pensamientos se agolpaban en la mente del pecador mientras colocaba la mano sobre la cabeza del animal, a sabiendas de que, por su pecado, debía derramar la sangre de una víctima inocente? ¿Qué sentimientos experimentaría cuando, con su propia mano culpable, degollaba al animal?
El sistema de sacrificios es cosa del pasado. La cruz del Calvario permanece levantada entre el cielo y la tierra. El Cordero pascual que murió en la cruz, resucitó al tercer día. Gracias a su victoria sobre la tumba, ahora oficia como “ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor y no el hombre” (Hebreos (8:1, 2). Desde allí, por virtud de su sangre derramada, puede “salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Hebreos 7:25).
Así podríamos resumir hasta ahora lo ocurrido en el conflicto entre el bien y el mal:
- Dios es santo
- El pecado es muerte
- La sangre de Cristo es vida.
El contenido de este maravilloso estudio bíblico es el siguiente:
- El drama de los siglos… En tres actos (Introducción).
- Me harán un Santuario.
- Una réplica exacta del modelo.
- Dios quiere estar cerca.
- ¿Que hace Jesús ahora en el cielo?
- He aquí el Cordero de Dios.
- Un canto al Santuario.
- El Santuario lugar de bendición.
- Un Dios de relaciones.
- Sacerdote para siempre.
- ¿Por qué un Santuario?
- El Santuario, lugar de compañerismo.
- El pueblo de la profecía.
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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