El siguiente cuadro donde se muestra la Ley de Dios y la Ley cambiada por la Iglesia Católica es extraído del Sitio Web Oficial del Vaticano, encuéntrelo usted mismo aquí: http://www.vatican.va/archive/compendium_ccc/documents/archive_2005_compendium-ccc_sp.html
LOS DIEZ MANDAMIENTOS
Éxodo 20, 2-17 | Deuteronomio, 5, 6-21 | Fórmula Católica |
1. «Yo soy el Señor tu Dios que te ha sacado del país de Egipto de la casa de servidumbre. | 1. «Yo soy el Señor, tu Dios, que te ha sacado de Egipto, de la servidumbre. | «Yo soy el Señor tu Dios: |
2. No habrá para ti otros dioses delante de mí. No te harás escultura ni imagen alguna, ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto, porque yo el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos, hasta la tercera generación de los que me odian, y tengo misericordia por millares con los que me aman y guardan mis mandamientos. | 2. No habrá para ti otros dioses delante de mí. | 1. Amarás a Dios sobre todas las cosas. |
3. No tomarás en falso el nombre del Señor porque el Señor no dejará sin castigo a quien toma su nombre en falso. | 3. No tomarás en falso el nombre del Señor, tu Dios… | 2. No tomarás el nombre de Dios en vano. |
4. Recuerda el día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos, pero el séptimo es día de descanso para el Señor, tu Dios. No harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo ni tu hija ni tu siervo ni tu sierva, ni tu ganado, ni el forastero que habita en tu ciudad. Pues en seis días hizo el Señor el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contienen, y el séptimo descansó; por eso bendijo el Señor el día del sábado. | 4. Guardarás el día del sábado para santificarlo. | 3. Santificarás las fiestas. |
5. Honra a tu padre y a tu madre para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. | 5. Honra a tu padre y a tu madre. | 4. Honrarás a tu padre y a tu madre. |
6. No matarás. | 6. No matarás. | 5. No matarás. |
7. No cometerás adulterio. | 7. No cometerás adulterio. | 6. No cometerás actos impuros. |
8. No robarás. | 8. No robarás. | 7. No robarás |
9. No darás falso testimonio contra tu prójimo. | 9. No darás testimonio falso contra tu prójimo. | 8. No darás falso testimonio ni mentirás. |
10. No codiciarás la casa de tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo» | 10. No desearás la mujer de tu prójimo. No codiciarás… nada que sea de tu prójimo.» | 9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros. |
10. No codiciarás los bienes ajenos.» |
Las siguientes declaraciones son publicaciones oficiales de la Iglesia Católica en el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, el cual puede ser encontrado en la pagina web oficial del Vaticano: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/justpeace/documents/rc_pc_justpeace_doc_20060526_compendio-dott-soc_sp.html
258 El culmen de la enseñanza bíblica sobre el trabajo es el mandamiento del descanso sabático. El descanso abre al hombre, sujeto a la necesidad del trabajo, la perspectiva de una libertad más plena, la del Sábado eterno (cf. Hb 4,9-10). El descanso permite a los hombres recordar y revivir las obras de Dios, desde la Creación hasta la Redención, reconocerse a sí mismos como obra suya (cf. Ef 2,10), y dar gracias por su vida y su subsistencia a Él, que de ellas es el Autor.
El descanso abre al hombre, sujeto a la necesidad del trabajo, la perspectiva de una libertad más plena, la del Sábado eterno (cf. Hb 4,9-10). El descanso permite a los hombres recordar y revivir las obras de Dios, desde la Creación hasta la Redención, reconocerse a sí mismos como obra suya (cf. Ef 2,10), y dar gracias por su vida y su subsistencia a Él, que de ellas es el Autor.
La memoria y la experiencia del sábado constituyen un baluarte contra el sometimiento humano al trabajo, voluntario o impuesto, y contra cualquier forma de explotación, oculta o manifiesta. El descanso sabático, en efecto, además de permitir la participación en el culto a Dios, ha sido instituido en defensa del pobre; su función es también liberadora de las degeneraciones antisociales del trabajo humano. Este descanso, que puede durar incluso un año, comporta una expropiación de los frutos de la tierra a favor de los pobres y la suspensión de los derechos de propiedad de los dueños del suelo: « Seis años sembrarás tu tierra y recogerás su producto; al séptimo la dejarás descansar y en barbecho, para que coman los pobres de tu pueblo, y lo que quede lo comerán los animales del campo. Harás lo mismo con tu viña y tu olivar » (Ex 23,10-11). Esta costumbre responde a una profunda intuición: la acumulación de bienes en manos de algunos se puede convertir en una privación de bienes para otros.
261 Durante su ministerio terreno, Jesús trabaja incansablemente, realizando obras poderosas para liberar al hombre de la enfermedad, del sufrimiento y de la muerte. El sábado, que el Antiguo Testamento había puesto como día de liberación y que, observado sólo formalmente, se había vaciado de su significado auténtico, es reafirmado por Jesús en su valor originario: « ¡El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado! » (Mc 2,27). Con las curaciones, realizadas en este día de descanso (cf. Mt 12,9-14; Mc 3,1-6; Lc 6,6-11; 13,10-17; 14,1-6), Jesús quiere demostrar que es Señor del sábado, porque Él es verdaderamente el Hijo de Dios, y que es el día en que el hombre debe dedicarse a Dios y a los demás. Liberar del mal, practicar la fraternidad y compartir, significa conferir al trabajo su significado más noble, es decir, lo que permite a la humanidad encaminarse hacia el Sábado eterno, en el cual, el descanso se transforma en la fiesta a la que el hombre aspira interiormente. Precisamente, en la medida en que orienta la humanidad a la experiencia del sábado de Dios y de su vida de comunión, el trabajo inaugura sobre la tierra la nueva creación.
Observamos que la Iglesia Católica reconoce la verdad del Sábado instituido por Dios, ahora veremos las razones que la Iglesia Católica ofrece para el cambio del Santo Sábado por el Domingo.
450. ¿Por qué Dios «ha bendecido el día del sábado y lo ha declarado sagrado» (Ex 20,11)? Dios ha bendecido el sábado y lo ha declarado sagrado, porque en este día se hace memoria del descanso de Dios el séptimo día de la creación, así como de la liberación de Israel de la esclavitud de Egipto y de la Alianza que Dios hizo con su pueblo.
451. ¿Cómo se comporta Jesús en relación con el sábado? Jesús reconoce la santidad del sábado, y con su autoridad divina le da la interpretación auténtica: «El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado» (Mc 2, 27).
452. ¿Por qué motivo, para los cristianos, el sábado ha sido sustituido por el domingo? Para los cristianos, el sábado ha sido sustituido por el domingo, porque éste es el día de la Resurrección de Cristo. Como «primer día de la semana» (Mc 16, 2), recuerda la primera Creación; como «octavo día», que sigue al sábado, significa la nueva Creación inaugurada con la Resurrección de Cristo. Es considerado, así, por los cristianos como el primero de todos los días y de todas las fiestas: el día del Señor, en el que Jesús, con su Pascua, lleva a cumplimiento la verdad espiritual del sábado judío y anuncia el descanso eterno del hombre en Dios.
Claramente la Iglesia Católica sabe que el Santo Sábado es el Día de Reposo, sin embargo, en estas declaraciones nos dicen que lo han cambiado por el Domingo ya que en ese día Jesús resucito y lo llaman octavo día.
En ningún momento Jesús dijo que se guardaria el dia de su resurrección cambiándolo por el Sábado. El sábado fue instaurado en la misma creación, fue escrito con el dedo de Dios en el Sinai, sobre tablas de piedra evocando su permanencia y eternidad, y también Jesús guardo el sábado y en su muerte reposo un día sábado para así confirmar la ley.
¿Realmente, como se cambio el Sabado por el Domingo?
A continuación, algunas declaraciones:
“Usted puede leer la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis, y no encontrará una sola línea autorizando la santificación del Domingo. Las Escrituras exigen la observancia religiosa del Sábado, un día que nosotros nunca santificamos.” Cardenal James Gibbons, La fe de Nuestros Padres (1917 ed.), pp.72, 73
“Pregunta – ¿Cómo prueba usted que la iglesia tiene poder para instituir fiestas y días sagrados?
“Respuesta – Por el mismo hecho de cambiar el Sábado al Domingo, un cambio que permiten los protestantes, y por el cual se contradicen a sí mismos apasionadamente al guardar el Domingo estrictamente, quebrantando al mismo tiempo la mayoría de las otras fiestas dictadas por la misma iglesia.” – Henry Tuberville, Un resumen de la Doctrina Cristiana (aprobado en 1833) p. 58 (igual declaración en el Manual de Doctrina Cristiana, ed. por Daniel Ferris [1916 ed.] p. 67).
“Pregunta – ¿Tiene usted alguna otra manera de probar que la Iglesia (Católica) tiene el poder para instituir fiesta como precepto (ordenando días santos)?
“Respuesta – Si no tuviera ella semejante poder, no hubiera podido hacer todo aquello en lo cual los religiosos modernos están de acuerdo con ella: la Iglesia no hubiese podido substituir la observancia del Sábado, el séptimo día de la semana, por la observancia del Domingo, el primer día de la semana, un cambio para el cual no existe autoridad en las Escrituras.” Stephen Keenan, Un Catecismo Doctrinal (3 rd ed.), p.174.
“La Iglesia Católica…y en virtud de su divina misión, cambió el día de Sábado al Domingo.” El Espejo Católico, órgano oficial del Cardenal Gibbons, Sept. 23, 1893.
“Si consultamos únicamente la Biblia, debemos guardar aún el santo Día de Reposo, que es, el Sábado. John Laux, Un Rumbo en religión para Escuelas Secundarias y Académicas Católicas, vol.1 (1936 ed.), p. 51. Citado con permiso de Bezinger Brothers, Inc., Propietarios del Copyright.
“Fue la Santa Iglesia Católica la que cambió el día de descanso del Sábado al Domingo, el primer día de la semana. Y esta no sólo obliga a todos a guardar el Domingo, sino que en el Concilio de Laodicea, 364 D.C., anatematizó a aquellos que guardaran el Sábado y obligó a todas las personas a trabajar en el séptimo día bajo la penalidad del anatema.
“¿Por qué la iglesia hace que todo el mundo civilizado la obedezca?
Los protestantes nos llaman con todo nombre horrible, piensan que somos el anticristo, la bestia escarlata, Babilonia, etc., al mismo tiempo profesan gran reverencia por la Biblia, y aún por el solemne hecho de guardar el Domingo reconocen el poder de la Iglesia Católica.
“La Biblia dice: ‘Acuérdate del día Sábado para santificarlo,’ pero la Iglesia Católica dice, ‘No, guarden el primer día de la semana,’ y todo el mundo se inclina en obediencia.” Padre T. Enright, Sacerdote Católico Romano, Kansas City, Mo.
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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