He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, explora la relación entre el mensaje especial de Cristo a la iglesia de Laodicea, y nuestra extraña resistencia a responder a su amante invitación, contenida en el mensaje de 1888. El hecho resulta por demás inquietante.
El autor rastrea nuestros problemas denominacionales hasta una primera causa básica: no permitimos la entrada a aquel Amante celestial que ha estado llamando a nuestra «puerta» durante más de un siglo. Es su convicción que el Señor llama todavía, y que hay una solución esperanzadora: el arrepentimiento denominacional que demanda el mensaje del Testigo fiel.
El contenido del libro:
- En un callejón sin salida
- ¿A quién se dirige el mensaje?
- ¿Cómo empezó el problema de «y no conoces»?
- La culpabilidad oculta, en la historia sagrada
- La verdadera purificación de toda maldad
- Nuestra historia denominacional y el mensaje a Laodicea
- Los remedios divinamente señalados: «oro»
- Los remedios divinamente señalados: «vestiduras blancas» y «colirio»
- Epílogo: El Cantar de los Cantares y el mensaje a Laodicea
- Apéndice: Algunas declaraciones de E. White sobre el pecado no reconocido
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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