Muchos creen que es pecado ser tentado. Esto no es verdad, porque poseemos un Sumo Sacerdote que fue tentado, pero no pecó. Heb. 4:15. Jesús también fue tentado en el desierto, así es que eso no puede ser tentado. Mat. 4:1-11; Luc. 4:1-13. En vez de eso, es un pecado ceder a la tentación.
¿Qué hizo Jesús para resistir la tentación? Primero, citó la Biblia. El conocimiento de la Palabra de Dios es la primera y mejor defensa. “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti”. Salmo 119:11. Segundo, Jesús oró. “Velad y orad, para que no entréis en tentación”. Mar. 14:38.
Estas verdades fundamentales destacan mis doce consejos prácticos para resistir la tentación.
1.- Recuerde la Recompensa.-
“Por la fe Moisés, ya grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón. Y eligió antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar los deleites temporales del pecado. Y consideró que el vituperio de Cristo es mayor riqueza que los tesoros egipcios, porque miraba el galardón”. Heb. 11:24-26.
Moisés estaba preparado para gobernar Egipto, pero miró la recompensa eterna de Dios y resistió temporariamente a los tesoros terrenales. No se olvide de lo que Dios le tiene reservado: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón humano, son las que Dios ha preparado para los que le aman”. 1 Cor. 2:9. ¡Es más fácil resistir un confite de goma cuando usted sabe que está a camino de una fiesta!
2.- Crea en la Malignidad del Pecado.-
Pablo dice: “Para que por el Mandamiento se viera la malignidad del pecado”. Rom. 7:13. El pecado es muy atroz, y si usted necesita que algo se lo recuerde, vuelva al Calvario y vea lo que el pecado le ocasionó a Jesús.
“Hubo en tierra de Hus, un hombre llamado Job, que era intachable y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”. Job 1:1. Necesitamos ir más allá de la emoción básica de amar a Dios. Parte del amor a Dios es odiar el mal. Dios quiere que nosotros odiemos el pecado, porque Él lo odia. “De tus Mandamientos he adquirido inteligencia, por eso, aborrecí todo camino falso”. Salmo 119:104.
3.- No ame el Dinero.-
He incluido específicamente el amor al dinero porque después del orgullo, es el mayor mal. “Los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y perniciosas, que hunden a los hombres en ruina y en perdición”. 1 Tim. 6:9.
“Ninguno puede servir a dos señores, porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o será leal a uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero”. Mat. 6:24. “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”. Mat. 6:21.
4.- ¡Huya!
Pocas personas huyen de la tentación. Generalmente, ellos se alejan lentamente, esperando que los alcance. Pablo dijo: “Huid de la fornicación”. “Huid de la idolatría”. 1 Cor. 6:18; 10:14. Así es que huyan, y no dejen nada atrás. “Someteos, pues a Dios. Resistid al diablo, y él huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros”. Santiago 4:7-8.
Cuando usted sabe que algo es pecaminoso, ¡no entre en discusión con el diablo! Cuando Josué fue tentado, él huyó de la mujer de Potifar. Gén. 39:12.
5.- No Siga a la Mayoría.-
“Todo el mundo lo hace, así es que debe estar bien”. Al permitir que la mayoría establezca nuestros valores, nos volvemos como la mayoría. Y la mayoría normalmente está errada. “Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a perdición, y muchos entran por ella”. Mat. 7:13. Los cristianos tienen que pensar por sí mismos, resistir noblemente la presión, y ser diferentes. Si un billón de personas cree en una mentira, continúa siendo una mentira.
6.- Permanezca Ocupado.-
Un proverbio Italiano nos advierte: “El que trabaja es tentado por un demonio; el que está ocioso, lo es por mil”. Dios nos creó para que seamos activos. Si permanecemos ocupados, especialmente haciendo algo bueno como ayudar a los pobres, no tendremos tiempo para pensar en el mal.
“Esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: Soberbia, hartura de pan y abundancia de ociosidad tuvo ella y sus hijas. Y no fortalecieron al afligido ni al menesteroso. Se llenó de soberbia y cometió abominaciones ante mí. Y las quité”. Eze. 16:49-50.
Alguien escribió: “La fortaleza para resistir el mal se obtiene mejor con un servicio agresivo”. Una manera para permanecer lejos de los problemas es trabajar agresivamente para Jesús.
7.- Tenga un Plan.-
“El hombre prudente ve el mal y lo evita, el simple pasa y recibe el daño”. Prov. 22:3. Los cristianos dicen a menudo: “Me pregunto si seré tentado si veo este programa, o si leo esta revista, o si bebo esta bebida”. Pero Jesús dijo: “Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti. Es mejor que pierdas uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno”. Mat. 5:29.
Si a usted le gusta una tentación, usted sabe que lo va a derribar, por lo tanto tome medidas avanzadas de prevención. Si usted está tratando de parar de fumar, evite los amigos que fuman o los lugares adonde pueda ser tentado. Si su tentación es comer demasiado, decida entonces colocar una apropiada cantidad de alimentos en su plato y decida no comer más cuando se haya acabado.
8.- Conózcase a Sí Mismo.-
Un proverbio Español dice así: “No sea un panadero si su cabeza es de mantequilla”. No podemos confiar en nuestra propia fortaleza. Tenemos que ser muy cautelosos cuando comenzamos a pensar que tenemos cierta ventaja sobre cierta tentación y decimos: “¡No me va a ganar, yo ya he obtenido la victoria!”. “Así, el que piensa estar firme, mire que no caiga”. 1 Cor. 10:12.
Aun cuando usted está ayudando a otras personas, recuerde que cuando los rescatadores están sacando a alguien de las agitadas aguas, tienen que ser cuidadosos para no caer ellos mismos dentro de las aguas. “Hermanos, si alguno ha caído en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo con espíritu de mansedumbre, cuidando que tu también no seas tentado”. Gál. 6:1.
9.- Venza el Mal con el Bien.-
He conocido personas que han obtenido la victoria sobre alguna adicción, solo para reemplazarla con otra, porque no encontraron un sustituto positivo. “Cuando un espíritu impuro sale del hombre, anda por lugares áridos en busca de reposo. Al no hallarlo, dice: ‘Volveré a mi casa de donde salí’. Y cuando llega la encuentra barrida y adornada. Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entran, y habitan allí. Y el estado final de ese hombre viene a ser peor que el primero”. Luc. 11:24-26.
Si usted está batallando con algún desorden digestivo o con alguna adicción a algún alimento, usted no puede simplemente dejar de comer. El secreto está en aprender a comer lo que es bueno. Isa. 55:2. “No seas vencido por el mal, sino vence el mal con el bien”. Rom. 12:20.
10.- Cuide Su Salud.-
La tentación a menudo aparece en nuestros momentos más débiles. Cuando estamos en el límite de nuestras fuerzas, paciencia, amor y salud, somos tentados a no ser cristianos. La tentación de Jesús comenzó después de 40 días de ayuno. Él estaba cansado y hambriento.
La mayor parte de los argumentos entre matrimonios ocurren al final del día, cuando uno o los dos esposos, están cansados y hambrientos. Duerma lo suficiente y coima suficiente alimento a horas regulares.
Uno de mis autores favoritos aconseja: “Debido a la indulgencia de su pervertido apetito, el hombre pierde su poder para resistir la tentación”. Ingerir demasiados dulces puede dejarlo a usted deprimido e irritable. Jesús dijo: “El espíritu a la verdad está pronto, pero la carne es débil”. Mat. 26:41. Debiéramos hacer todo para mejorar nuestra salud y nuestra moral.
11.- Reconozca Su Escape.-
Cuando tomo un avión, observo las salidas de emergencia. Para mí, vencer la tentación es reconocer que Dios ha provisto una vía de escape para nosotros. “No os ha venido ninguna tentación, sino humana. Pero Dios es fiel, y no os dejará ser tentados más de lo que podáis resistir. Antes, junto con la tentación os dará también la salida, para que podáis soportar”. 1 Cor. 10:13.
Los hijos de Israel se encontraron a sí mismos perseguidos por los Egipcios a sus espaldas, las montañas estaban a ambos lados, y el mar al frente de ellos. Parecían estar sin esperanza, pero Dios tenía una vía de escape. Éxodo capítulo 14. Confíe en Dios y observe para encontrar Su vía de escape.
12.- Sobreviviendo a Una Caída.-
Si usted está unido a Cristo, puede tener poder para resistir el mal. Judas 24. “Vivid según el Espíritu, y no satisfaréis los deseos malos de la carne”. Gál. 5:16. Arrodíllese y pídale fuerza a Dios. Él va a enviar ángeles del cielo para salvarlo de pecar, antes que permitir que un hijo que confía en Él caiga mientras le está pidiendo ayuda a Él.
Y si usted cae, no desista. Muchos que han caído, permanecen caídos. Ellos dicen: “Oh, ahora estoy perdido, y puedo muy bien rendirme a todas las demás tentaciones”. Dios puede ayudarlo a recuperar el territorio perdido y salvarlo de futuras tentaciones.
El diablo puede desanimarlo con susurros impíos: “¡Lo hiciste! No eres bueno. ¡Eres apenas un hipócrita! De hecho, ¡ni siquiera estás salvo!”. Pero yo creo que la vida del cristiano es progresiva.
La Biblia promete: “Hijitos míos, esto os escribo para que no pequéis. Pero si alguno hubiera pecado, Abogado tenemos ante el Padre, a Jesucristo el Justo”. 1 Juan 2:1. si usted peca – y todos lo hacemos – no desista. Que sus fallas pasadas no sean una excusa para compromisos futuros. Dios puede ayudarlo a vencer cualquier cosa. Viva cada día y de un paso a la vez.
Doce Pasos en Uno.-
La mejor motivación para vencer la tentación es porque usted ama a Dios, y usted sabe que el pecado hiere a Dios. Erwin W. Lutzer dijo: “Nuestra respuesta a la tentación es un exacto barómetro de nuestro amor por Dios”. Acuérdese de la cruz cuando sea tentado, y entonces demuéstrele ese amor resistiendo la tentación que está delante de usted.
Finalmente, agradézcale a Dios, que nos da la victoria a través de nuestro Señor Jesucristo. 1 Cor. 15:57.
Autor: Pastor Doug Batchelor Director/Orador del Ministerio Amazing Facts (Hechos Asombrosos), Roseville, CA USA Extraído de la revista “La Última Generación”, Volumen 14, Número 5. Marzo-Abril del 2004
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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