Efesios: 5:3
Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia; y él es el que da la salud al cuerpo.
Efesios: 5:22
Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor.
Efesios: 5:24
Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén á sus maridos en todo.
Porque la mujer que está sujeta a marido, mientras el marido vive está obligada á la ley; mas muerto el marido, libre es de la ley del marido.
1 Corintios:7:3-5
El marido pague a la mujer la debida benevolencia; y asimismo la mujer al marido. La mujer no tiene potestad de su propio cuerpo, sino el marido: é igualmente tampoco el marido tiene potestad de su propio cuerpo, sino la mujer.
No os defraudéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos en la oración: y volved a juntaros en uno, porque no os tiente Satanás á causa de vuestra incontinencia.
Colosenses: 3:18
Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.
1 Pedro: 3:1
Asimismo vosotras, mujeres, sed sujetas á vuestros maridos; para que también los que no creen á la palabra, sean ganados sin palabra por la conversación de sus mujeres,
1 Pedro: 3:5-6
Porque así también se ataviaban en el tiempo antiguo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, siendo sujetas a sus maridos:
Como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras sois hechas hijas, haciendo bien, y no sois espantadas de ningún pavor.
Apocalipsis: 21:2
Y yo Juan vi la santa ciudad, Jerusalén nueva, que descendía del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
¿Qué dice el Espíritu de Profecía?
El esposo y padre es cabeza de la familia.
Como mujeres, debemos recordar que el Señor nos ha creado sujetas a nuestro marido. El es la cabeza. Nuestro juicio, nuestra manera de ver las cosas y nuestras razones deben concordar con la de él hasta donde sea posible. En caso que no fuera posible, la Palabra de Dios da preferencia al marido, siempre que no se trate de un asunto de conciencia. Debemos someternos a la cabeza.- Carta 5, 1861.
Testimonios acerca de Conducta sexual, adulterio y divorcio.
No evidencia virilidad el esposo espaciándose constantemente en su puesto como cabeza de la familia. No aumenta el respeto hacia él cuando se le oye citar la Escritura para apoyar sus derechos a ejercer autoridad. No le hará más viril el requerir de su esposa, la madre de sus hijos, que actúe de acuerdo con los planes de él como si fuesen infalibles. El Señor ha constituido al esposo como cabeza de la esposa para que la proteja; él es el vínculo de la familia, el que une sus miembros, así como Cristo es cabeza de la iglesia y Salvador del cuerpo místico. Todo esposo que asevera amar a Dios debe estudiar cuidadosamente lo que Dios requiere de él en el puesto que ocupa. La autoridad de Cristo se ejerce con sabiduría, con toda bondad y amabilidad; así también ejerza su poder el esposo e imite la gran Cabeza de la iglesia.
Carta 18b, 1891. Hogar Cristiano 193.
La Esposa Animosa
También se me ha mostrado que muchas veces la esposa comete un grave error. Ella no realiza esfuerzos decididos para dominar su propio genio y hacer feliz el hogar. Manifiesta a menudo inquietud y profiere quejas innecesarias. El esposo llega de su trabajo cansado y perplejo, y encuentra un rostro ceñudo en vez de palabras alegres y alentadoras. El es humano, y sus afectos se apartan de su esposa. Pierde el amor al hogar, su senda se obscurece y se desvanece su valor. Pierde el respeto propio y la dignidad que Dios le exige que mantenga. El esposo es la cabeza de la familia, como Cristo es la cabeza de la iglesia, y cualquier actitud asumida por la esposa que pueda disminuir su influencia y degradar su posición digna y responsable, desagrada a Dios. Es deber de la esposa renunciar a sus deseos y voluntad, en favor de su esposo. Ambos deben saber renunciar a sus gustos, pero la Palabra de Dios da la preferencia al criterio del esposo. Y la esposa no perderá dignidad al ceder así a aquel a quien ella eligió por consejero y protector. El esposo debe mantener su posición en la familia, con toda mansedumbre, y sin embargo con decisión. Algunos han preguntado: ¿Debo estar siempre en guardia y ejercer continuamente una restricción sobre mí? Me ha sido mostrado que tenemos delante de nosotros una gran obra que hacer para escudriñar nuestros corazones y velar sobre nosotros mismos con celosa vigilancia. Debemos aprender cuáles son los puntos en que faltamos, y luego precavernos al respecto. Debiéramos tener un perfecto dominio de nuestro genio. «Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, que también puede con freno gobernar todo el cuerpo.» (Santiago 3: 2.) La luz que resplandece sobre nuestra senda, la verdad que se recomienda a nuestra conciencia, condenará y destruirá el alma, o la santificará y transformará. Estamos viviendo demasiado cerca del fin del tiempo de gracia para conformarnos con una obra superficial. La misma gracia que hasta aquí hemos considerado como suficiente, no nos sostendrá ya. Nuestra fe debe aumentar y debemos ser más semejantes a Cristo en conducta y disposición a fin de subsistir y resistir con éxito las tentaciones de Satanás. La gracia de Dios es suficiente para todo el que sigue a Cristo.
Joyas de los Testimonios (JT1), T1 106-107.
“Lo mejor que él podría hacer con esa mujer aniñada, dominante e incontrolable, es llevarla de vuelta a su madre, quien la hizo lo que es. Aunque ello podría resultar doloroso, es lo único que tiene que hacer. De lo contrario, él mismo será arruinado espiritualmente y finalmente sacrificado al demonio de la histeria y las fantasías de origen satánico. Satanás asume el control total del temperamento y la voluntad de la señora y los utiliza como un granizo desolador que derriba todo obstáculo. Su esposo ya no puede ayudarla más, sino que se está haciendo un daño incalculable a sí mismo, negándole a Dios los talentos y la influencia que le ha otorgado.
Dios ha colocado al marido como la cabeza de la familia, y hasta que la hermana D no comprenda cuál es su lugar y cuáles son sus deberes de esposa, será mucho mejor que él no mantenga conexión alguna con ella. La esposa tiene que respetarlo y obedecerlo, y si rehúsa del todo mantener el compromiso matrimonial, llegará a constituirse más y más en un deporte de las tentaciones de Satanás; y si el esposo consiente en mantenerla a su lado, ella lo agotará y él terminará en el desánimo y la incapacidad para el servicio del Señor. No tiene la obligación de mantener a su lado a alguien que torture su alma de esa manera. Me fue mostrado que él ya ha perdido algo de su hombría, y ha estado recibiendo la influencia y el molde de su mujer. Este matrimonio ha sido una trampa satánica.” Testimonios acerca de Conducta sexual, adulterio y divorcio (TCSAD), Pág. 86.
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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