¿Límites para las relaciones íntimas en el Noviazgo?

Límites para las relaciones íntimas en el Noviazgo 

Nancy L. Van Pelt

Querida Nancy:
He estado saliendo con mi novio por cerca de doce meses. Los dos tenemos 23 años y estamos muy enamorados. Nos vamos a casar cuando terminemos nuestros estudios. Quiero ser honesta con usted: Hemos tenido relaciones sexuales varias veces. Nunca creí que llegaría tan lejos con él antes de casarnos. Pero estamos muy enamorados. No quiero hacerlo, pero me siento atrapada. Por favor, ¡ayúdeme!
Querida Nancy:
Leí su artículo en Diálogo y me gustó mucho. Usted explicó los límites de intimidad que se deben establecer durante el noviazgo, pero ¿cómo puede una pareja que está verdaderamente enamorada evitar avanzar demasiado lejos y demasiado pronto? Me gustaría saberlo.

¿Puede una pareja de jóvenes de sexualidad normal, que está muy enamorada, poner freno a su mutua atracción física en un contexto social saturado de sexo? La mayoría de los jóvenes no le pone límites a su conducta sexual. Una actitud de «déjate llevar por la corriente» crea situaciones que favorecen la relación sexual prematura.

Una de las mejores cosas que puedes hacer para alcanzar la abstinencia sexual que buscas es reflexionar seriamente sobre tus normas morales, formando un criterio personal para la intimidad física basándolo en tus valores y en la Palabra de Dios. Dedica tiempo a hacer un inventario honesto y decide qué límites le pondrás a tu conducta a fin de alcanzar las metas que te has fijado para tu futuro. Resuelve en qué etapa de tu relación pondrás los límites (lee mi artículo anterior sobre este tema, que apareció en Diálogo, 13:2). Recuerda en qué paso se encuentra la expresión de afecto en tu noviazgo y dónde deberías detenerte antes del casamiento. Te recomiendo que comuniques esta decisión no sólo a tu novio o novia, sino también a tus padres, amigos de confianza y al pastor de tu iglesia para afirmarte en ella.

Las jóvenes deben recordar que cuando le permiten a su novio que las bese y las abrace íntimamente, y cuando le dejan acariciar sus senos, él llegará a la conclusión de que ella quiere ir más lejos. En otras palabras, cuando ella le ha permitido llegar hasta ese punto, él lo toma como señal de que puede avanzar. Por eso es prudente detenerse en los pasos 6 ó 7. Pero ni siquiera una pareja que está firmemente comprometida debe llegar al paso 9. Los límites más allá del paso 7 son resbaladizos y al traspasarlos se corre el riesgo de avanzar con gran celeridad. Detenerse antes del paso 7 puede evitarle grandes dolores de cabeza a más de una pareja.

Babe Ruth, el famoso héroe del béisbol norteamericano, jugó una vez ante un público hostil. En medio de los gritos y los denuestos del estadio señaló con el bate el sitio exacto donde iba a colocar la pelota. Cuando bateó, lanzó la pelota al lugar preciso que había señalado antes, recorrió todas las bases y anotó un punto para su equipo. Cuando fijes tus normas de conducta en el área afectiva, piensa en Babe Ruth. Traza un plan definido sobre lo que vas a hacer y así podrás mantener una relación amorosa sana y madura, sin violar tus principios.

Muchos podrán decirte que eres incapaz de lograr lo que te propones; pero cuanto más claramente definas tus normas, más probabilidades habrá de que las mantengas. Como Babe Ruth, sigue pensando en el lugar exacto adonde quieres llegar.

Algunos pueden discutir si la abstinencia total hasta el matrimonio es realista y hasta posible en una sociedad como la actual, tan inclinada al sexo. ¿Es posible para los solteros adultos y para los que están muy enamorados practicar este tipo de abstinencia? No sólo creo que es posible, sino que resulta imperativo en una época de contagios provenientes de enfermedades de transmisión sexual tan difundidos como el SIDA, por ejemplo. Éstos son algunos de los pasos que se deben dar para lograrlo:

1. Expresa con claridad tus normas.

Comunica tus principios a las personas con las cuales sales. Esto no significa que cuando te presentan a alguien tú debes decir: «Hola, me llamo Cristina (o Carlos) y no me acuesto con nadie». Tú puedes expresarte con franqueza y discreción al dar a conocer a la otra persona cuáles son tus límites en el momento oportuno. Por lo general, encontrarás una reacción positiva.

Una forma fácil de introducir el tema consiste en referirse a las normas que tú te has fijado. «Creo que es leal de mi parte que te diga cuáles son los valores o principios que he adoptado para mi vida. Me gusta salir con gente que esté dispuesta como yo a no tener intimidad sexual hasta el casamiento. Espero que respetes esos valores y que me ayudes a mantenerlos».

Ser tan directo en cuanto a la conducta sexual con alguien que posiblemente ni siquiera hizo un avance en esa dirección puede parecer un poco abrupto si la relación está recién comenzando. Pero una vez que lo has dicho, notarás que la tensión desaparece y con ella también la incertidumbre. Puedes sentirte en paz y relacionarte con la otra persona en calidad de amigos.

La comunicación franca sobre ideales sexuales entre personas que comienzan a salir juntas es una forma excelente de impedir que surjan situaciones comprometedoras más adelante. No es justo invitar a alguien a ir al aeropuerto, por ejemplo, sin decirle si se trata de un viaje en avión o de un lanzamiento en paracaídas.

2. Desarrolla un plan definido para casos de emergencia.

Es importante disponer de un plan de acción para el caso en que te encuentres en una situación comprometida. Si bien se han establecido las normas y estás dispuesta o dispuesto a mantenerlas, puede ocurrir que estés en compañía de alguien que quiera llevarte a traspasar esos límites. ¿Cómo reaccionarás? ¿Qué harás o dirás? Un plan previo te puede evitar problemas serios más tarde. Analicemos esto, dividiéndolo en tres etapas:

  • a. Si se trata sólo de una leve amenaza a tus normas, dirás «No», y un «No» en serio. Comienza a relatar algo largo y dramático. Habla de Cristo. Levántate, cambia de actividad y sugiere: «Tengo hambre. ¿Vamos a comer algo?» Cuenta un chiste. «¿Sabes por qué los hijos de Israel deambularon por el desierto durante cuarenta años? Porque ya entonces los hombres no querían detenerse para pedir orientación». Cuando no se trata de una amenaza seria a tus normas, cualquiera de estos recursos puede solucionar la situación.

  • b. Una amenaza regular es ya algo más serio. Un simple «No» suele fallar. Tú «No» va a tener que ser mucho más firme, y se podría expresar por medio de una declaración como la siguiente: «Me siento incómoda cuando me presionas tanto, porque creo que no respetas mis deseos». O algo como: «¿Qué parte de mi ‘No’ es la que te resulta tan difícil de entender?» Tal vez tengas que irte de allí para reunirte con otra gente. Las jóvenes deberían disponer de un teléfono celular o de dinero para una llamada telefónica, y hasta para tomar un taxi.

  • c. Ahora bien, si te sientes seriamente intimidada o asustada, confía en tus instintos. Debes salir por donde puedas. Usa todos los recursos posibles para eludir esa situación. Grita. Defiéndete. Pega una bofetada y corre. Pero no esperes nunca hasta que se produzca una situación de riesgo. Debes tener un plan de acción antes de que algo así ocurra.

3. Cuenta con alguien a quien rendir cuentas.

Tener alguien ante quien responder es un poderoso disuasivo de la actividad sexual prematura. Esa persona debe ser alguien ante quien te sientas responsable por tu conducta: Por ejemplo, una amiga íntima, un pastor, un consejero, un profesor, o alguien de tu confianza.

Una joven iba todos los meses a visitar a su novio, que estudiaba en una universidad a unos 750 kilómetros de donde ella residía. Puesto que él vivía en un apartamento fuera del recinto universitario y estaban haciendo planes de casarse, dormían en la misma cama pero habían decidido no tener relaciones íntimas. Sin embargo, no pudieron mantenerse dentro de los límites que se habían impuesto. Finalmente los novios eligieron a una persona de confianza que los aconsejó. Poco después ella encontró otro lugar seguro donde alojarse cuando iba a visitar a su novio.

La pareja que en verdad quiere mantener las normas que se ha fijado, informará periódicamente a la persona escogida sobre la evolución de sus relaciones. Mirándola a los ojos, la pareja dará un informe detallado del uso del tiempo, las actividades desarrolladas y la conducta observada. Es muy efectivo. ¡Lo recomiendo!

4. Planifica con cuidado.

Las parejas deben planificar cuidadosamente y con anticipación sus salidas juntos. Antes de salir, deben saber dónde van, quiénes estarán presentes, qué actividades habrá, cómo van a llegar allí y a qué hora van a regresar. Si el amigo no puede proporcionar esta información o vacila cuando se le pregunta, ¡cuidado!

Una cita de esta naturaleza puede incluir una cantidad de actividades interesantes. El tiempo que se dedica a actividades compartidas puede ser mucho más valioso que el que se emplea en sólo ir a ver algo, o donde sólo se busca entretenimiento. Planifiquen una cantidad de actividades divertidas en las que puedan conocer cuáles son las preferencias de cada uno, la personalidad, los valores, objetivos y creencias individuales.

En las primeras etapas de una relación, las actividades desarrolladas en grupos son las mejores. Aunque los dos están juntos, hay menos estrés. Esto les permitirá observar mejor cómo se relaciona cada uno con los demás y cuál es el sentido del humor de cada cual. En medio de un grupo podrás conocer y evaluar mejor a tu amigo o amiga que en diez citas exclusivas. Entre conocidos, cada uno se distenderá y actuará de manera más natural. No tendrá necesidad de «máscaras». Las citas en grupo dan lugar al desarrollo de la amistad, facilitan el mantenimiento de las normas morales y evitan que se produzcan situaciones comprometidas.

5. Elige bien con quién sales.

Las personas con las que te relacionas de manera especial deben ser más o menos de tu edad. Deben tener intereses, ideales y valores similares a los tuyos. Es muy posible que tus mejores compañeros provengan del círculo de amistades que ya has establecido. Evita las citas a ciegas con alguien a quien no conoces, a menos que haya sido concertada por un amigo o amiga de mucha confianza.

Nunca hagas citas con gente casada o que se está divorciando (esas personas todavía están casadas), con alguien que está bebiendo o está embriagado, con aficionados a las drogas o con alguien que no esté en condiciones de salir contigo abiertamente. No salgas por segunda vez con alguien que no te merece o no está a la altura de tus normas.

6. Evita las situaciones estimulantes.

Evita situaciones destinadas a estimular el placer sexual. Me sorprendo ante los riesgos que algunos jóvenes parecen buscar, poniendo en peligro sus normas morales. Ejemplos de esto son las parejas que pasan horas en la playa acariciándose, mientras que alrededor de ellos hay otros haciendo lo mismo; parejas que están acostadas juntas, sintiéndose tan «cerca» como para llegar al orgasmo sin tener relaciones sexuales. Todos éstos son riesgos serios. Nadie puede seguir corriendo esos riesgos y pretender salir indemne de ellos.

Los adultos solteros que viven solos deberían establecer pautas estrictas cuando se trata de recibir visitas de personas del otro sexo. Los momentos de abrazos y caricias frente al acogedor calor de la chimenea pueden llevar a la intimidad sexual prematura. Del mismo modo, ello puede sobrevenir luego de una cena íntima con música romántica y sin otra cosa que hacer. El recibir a personas del sexo opuesto siempre debería incluir a otra persona o a un grupo de personas para evitar situaciones de riesgo.

Evita los ambientes que incluyan algún tipo de incitación sexual y también las películas, la televisión, y los videos que podrían fomentar deseos y fantasías inconvenientes. Hay parejas de amigos que creen que pueden viajar juntos y compartir una pieza en un motel, o salir de excursión y compartir una carpa sin correr riesgos. Esto revela una absoluta falta de buen juicio. Nadie puede jugar con el fuego del sexo por mucho tiempo sin quemarse. Dios quiere que nos abstengamos «de toda especie de mal» (1 Tesalonicenses 5:22). No debemos coquetear con la tentación.

Una vez que has definido tus límites, mantente firme. Aunque el momento, el ambiente y la música parezcan mágicos, recuerda las normas que has adoptado. No las reconsideres sino a plena luz del día, cuando la pasión se ha enfriado, la persona ante quien rindes cuentas está presente, y tanto tú como tu amigo o amiga tienen el tiempo y la capacidad de evaluar con calma la situación. Esto no sólo les va a permitir sobreponerse a la tentación, sino que también les ayudará a mantener intacto un valor tan precioso como es la dignidad y el respeto propio. Si tienes sentimientos positivos hacia ti esto será un factor muy importante para evitar encuentros sexuales antes del matrimonio. Si vives a la altura de tus propios valores, los demás tendrán un buen concepto de ti y los conflictos íntimos no te destrozarán por dentro. Reaccionarás ante la opinión de los demás con integridad personal y autoconfianza. Tu apariencia, tus habilidades o tu aceptación social no te preocuparán indebidamente y te dejarán más libre para amar, estudiar, trabajar y divertirte sanamente.

A. C. Green, uno de los grandes jugadores de básquet de los Estados Unidos, dice que como jugador profesional constantemente lo están asediando mujeres que quieren pasar un rato con él. Desde el momento en que llega a una ciudad hasta que se va, las mujeres jóvenes lo persiguen. Los jugadores profesionales a menudo proyectan una imagen que es desproporcionada, lo que motiva la persecución continua de las mujeres. Según él, en los aeropuertos, los vestíbulos de los hoteles, los restaurantes y los campos de juego, todas intentan capturar su atención. Como Green no es ciego, sabe de quién se trata en cuanto las observa. Además, le han llegado los rumores acerca de las consecuencias que han sufrido otros jugadores profesionales. Por eso ha decidido mantenerse sexualmente íntegro hasta el casamiento, a fin de seguir las normas divinas en lugar de las costumbres mundanas. Se lo ha dicho a sus compañeros de equipo. Les ha hablado sobre su posición relativa al sexo prematrimonial y su convicción de que Dios ha reservado la actividad sexual para el matrimonio. No todos sus compañeros de equipo están de acuerdo con él, pero respetan su posición. Green está orgulloso de ser virgen. «Me tengo que respetar a mí mismo si quiero respetar a los demás», dice. ¡Felicitaciones, Sr. Green!

Si vas a practicar la abstinencia sexual de aquí en más, debes realzar el concepto de tu propia dignidad. Cuando verdaderamente te consideres como un valioso hijo o hija de Dios por quien Cristo ofreció su propia vida, te resultará más fácil tomar decisiones difíciles que te ayudarán a fortalecer tu futuro en vez de debilitarlo.

Un factor importante en tu dedicación a la abstinencia sexual es el poder divino. Pídele a tu Padre celestial que te ayude a mantenerte puro o pura. Si tú y tu amigo o amiga conversan juntos sobre su dedicación a la abstinencia, esto creará un vínculo de conciencia entre ambos que puede servir de barrera contra la tentación. Al hablar en serio sobre este tema, háganlo en estos términos: «Nosotros tres: Dios tú y yo».

La abstinencia sexual consiste en no tener relaciones de carácter íntimo antes del matrimonio. Tiene una garantía del ciento por ciento sobre sus resultados: No sufrirás daños, ni contraerás una enfermedad de transmisión sexual, ni quedarás embarazada, ni padecerás un sinnúmero de otros males. Y puedes elegir la abstinencia en cualquier momento, aun cuando antes hayas sido sexualmente activo o activa.

¡La abstinencia sexual es efectiva! ¡Y paga grandes dividendos!

Nancy L. van Pelt se ha especializado en temas de la vida familiar y presenta seminarios sobre estos asuntos en diversos países. Ha publicado más de veinte libros y numerosos artículos vinculados con las relaciones humanas. Su dirección electrónica: [email protected]


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