La oración es la respiración del alma –es vital, las fuerzas necesarias para vivir una
vida cristiana victoriosa. Cuando oramos, no nos estamos aproximando a un Dios
“distante” que no tiene interés en nuestra vida personal, sino que estamos hablando
con Alguien que está siempre listo a ayudarnos y a responder nuestras oraciones.
“La oración es abrir el corazón a Dios como a un amigo.” Ese es el método de
comunicación que Dios eligió a fin de que podamos ir a Él para presentar nuestras
peticiones y encontrar poder espiritual para vivir por Cristo.
CONDICIONES PARA QUE NUESTRA ORACIÓN SEA RESPONDIDA
- 1. Dependencia de Dios.
- 2. Orar de acuerdo con la voluntad de Dios
- 3. Tener fe.
- 4. Abandonar el pecado.
Cuando reunimos las condiciones para recibir respuesta a nuestra oración, podemos
aproximarnos a Dios con confianza, sabiendo que Él tiene placer en recibirnos.
¿POR QUÉ MOTIVOS DEBEMOS ORAR?
“Si mantenemos al Señor constantemente delante de nosotros, permitiendo que
nuestros corazones expresen el agradecimiento y la alabanza a él debidos,
tendremos una frescura perdurable en nuestra vida religiosa. Nuestras oraciones
tomarán la forma de una conversación con Dios, como si habláramos con un amigo.
Él nos dirá personalmente sus misterios. A menudo nos vendrá un dulce y gozoso
sentimiento de la presencia de Jesús. A menudo nuestros corazones arderán dentro
de nosotros mientras él se acerque para ponerse en comunión con nosotros como lo
hizo con Enoc. Cuando ésta es en verdad la experiencia del cristiano, se ven en su
vida una sencillez, una humildad, una mansedumbre y bondad de corazón que
muestran a todo aquel con quien se relacione que ha estado con Jesús y aprendido
de él.” Parábolas de Jesús, pág. 100.
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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