Estas palabras hacen parte de una visión dada por Dios al apóstol Pedro registrada en Hechos 10:11-16. Y han sido entendidas por muchos cristianos como una licencia para comer carne de animales inmundos.
Pero, ¿qué enseña realmente la Biblia? ¿Cuál es el significado de estas palabras?
Para comprender la respuesta a estas preguntas es necesario ver el contexto.
El contexto del texto. Hechos 10.
Cornelio era un militar romano, piadoso y sincero que adoraba a Dios según la luz que tenía.
«Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía la Italiana, piadoso, que veneraba a Dios con toda su casa, que daba muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. Hechos 10:1,2.
Cornelio tuvo una visión en la cuál un ángel le dijo:
«Tus oraciones y limosnas han subido como un memorial ante Dios. Envía ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, de sobrenombre Pedro.» Hechos 10:4,5.
A continuación un análisis del de este importante texto bíblico.
Al día siguiente mientras oraba, el apóstol Pedro tuvo esta visión:
«y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo.» Hechos 10: 11-16
Esta visión dejó desconcertado al apóstol; pero Dios le tenía la respuesta.
Autor: Ernesto García, Lic. en Teología, UNAC.
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