Separe periodos específicos para la oración intercesora. Al interceder por otros, nuestro corazón se vuelve uno con el suyo. Nuestra mente es unida sus divinos propósitos.
Cuando vamos a la oración normalmente estamos apurados, cansados y sin ganas de conversar con Dios. Nuestras preocupaciones no nos dejan tranquilos. Por eso debemos aprender a tranquilizar nuestros pensamientos y sentimientos. Concéntrese delante de Dios. Si está en sus posibilidades, arrodíllese ante Dios, converse con Él.
Orar es conversar como se conversa con una persona a la que le tengo mucha confianza (con esa persona que le llego a contar mis asuntos íntimos, lo que sufro y lo que me alegra, y sé que no va a ir con el chisme a nadie).
Cuando intercedemos por los otros, nos unimos a Jesús en su poderosa obra de intercesión. Jesús es el único intercesor justo. Él es el solicitador todopoderoso.
Descargue esta Presentación en power point que le guiará a practicar la oración intercesora en el ministerio de oración de su iglesia o en su propia persona.
Libro: Siempre en Oración
La propuesta del “Siempre en Oración” es que toda la iglesia se involucre activamente en el ministerio de la oración intercesora.
Todas las personas pueden participar del Ministerio de la Oración, porque siempre hay intenciones, necesidades, pedidos e intercesiones que están en el corazón de todos.
¡Reúna, incentive, promueva, ore y motive a orar! La oración es una acción al alcance de todos, un llamado divino extensivo y totalizador, que solo redundará en bendiciones a quienes estén involucrados en ella.
Que su vida sea una vida de oración, que su ministerio sea un Ministerio de Oración y que su iglesia se incline constantemente ante la presencia del Salvador.
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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