Dios promete un cielo nuevo y una tierra nueva a su pueblo.
“Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento”. Isaías 65:17.
Esta es una gran promesa; pero el profeta nos sorprende con palabras que caracterizan el mundo actual, no el que Dios nos ha prometido.
No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito. Isaías 65:20
¡MUERTE, PECADO Y MALDICIÓN EN LA TIERRA NUEVA!
¿Cómo podemos entender esto? ¿Es esta una contradicción? ¿Dónde está el problema?
Analicemos el texto en su contexto.
Como ocurre con toda la Biblia, el contexto es determinante para encontrar el sentido y el significado del texto. Isaías 65 es una promesa que Dios tenía la intención de cumplir en el Antiguo Testamento.
Por Ernesto García, Lic. en Teología. UNAC.
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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