Las fiestas que Dios ordenó a Israel por medio de Moisés, no son celebraciones vacías, sin sentido. Dios siempre tiene un propósito. Estas fiestas tienen una dimensión profética.
En realidad, todo el sistema ceremonial del antiguo santuario hebreo es “figura” de Cristo. Es el Evangelio en sombras.
“…los cuales (sacerdotes) sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte”. Hebreos 8:5.
“Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios”. Hebreos 9:24.
¿Qué representan estas fiestas?
A continuación:
Por Ernesto García, lic. en Teología. UNAC.
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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