De acuerdo con la Biblia, el Único que conoce los pensamientos de todas las criaturas del universo es Dios.
«tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres);» (1 Reyes 8:39)
«Jehová conoce los pensamientos de los hombres, Que son vanidad.» (Salmo 94:11)
Oh Señor, tú me has escudriñado y conocido. Tú conoces mi sentarme y mi levantarme; desde lejos comprendes mis pensamientos. Tú escudriñas mi senda y mi descanso, y conoces bien todos mis caminos. Aun antes de que haya palabra en mi boca, he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda.» (Salmo 139: 1-4).
Veamos lo que dice Ellen G. White sobre este tema ::
«Satanás no puede leer nuestros pensamientos, pero puede ver nuestras acciones, oír nuestras palabras; y por su antiguo conocimiento de la familia humana, da a sus tentaciones la forma necesaria para sacar partido de los puntos débiles de nuestro carácter. Y con cuánta frecuencia le hacemos saber el secreto de cómo obtener mejor la victoria sobre nosotros. ¡Ojalá pudiéramos dominar nuestras palabras y acciones! Cuán fuertes seríamos si nuestras palabras fuesen tales que no tuviesemos que avergonzarnos de ellas cuando se nos presente su registro en el día del juicio. Y en el día de Dios, cuán diferentes parecerán de lo que parecen cuando las pronunciamos.»—The Review and Herald, 27 de febrero de 1913. {MJ 232.3}
La única cosa que el diablo puede hacer es «suponer» lo que una persona está pensando, pues el aprendió a conocer algunas cosas mirando a la fisionomía de la cara de alguien. Sólo con ver el semblante de la persona, Satanás puede decir si estás nervioso, ansioso, etc.
El enemigo también puede saber lo que está en nuestros pensamientos a través de nuestras palabras y acciones. Hay que tener mucho cuidado en el tipo de palabras que decimos y cómo actuamos. No hay que darle la oportunidad de que pueda descubrir todos nuestros defectos de carácter. Cuando descubre nuestras debilidades, él va a trabajar en ellas con el fin de inducirnos al pecado. Él monta una gran estrategia para tratar de agarrarnos en las debilidades; y en el momento en que ‘mostramos a el’ nuestros puntos débiles, le que damos más posibilidades a las tinieblas para ser usadas en contra de nosotros.
El adversario de las almas no puede leer los pensamientos de los hombres, pero es un agudo observador y toma nota de las palabras. Registra las acciones y hábilmente adapta sus tentaciones a los casos de quienes se colocan al alcance de su poder. Si trabajáramos para reprimir los pensamientos y sentimientos pecaminosos, sin darles expresión en palabras o acciones, Satanás sería derrotado, pues no podría preparar sus engañosas tentaciones adecuadas para el caso. ¡Pero con cuánta frecuencia abren la puerta al adversario de las almas los profesos cristianos por su falta de dominio propio!—Mensajes Selectos 1:143 (1887). {2MCP 300.2}
Satanás no puede entrar en la mente sin nuestro consentimiento:
Si vivimos totalmente para Dios, no permitiremos que nuestra mente se entregue a imaginaciones egoístas. Si de alguna manera Satanás puede obtener acceso a la mente, sembrará su cizaña y la hará crecer al punto de producir una cosecha abundante. En ningún caso puede Satanás dominar los pensamientos, palabras y actos, a menos que voluntariamente le abramos la puerta y le invitemos a pasar. Entrará entonces y, arrebatando la buena semilla del corazón, anulará el efecto de la verdad.7 {HC 365.3}
A pesar de que Dios nos ayude a vencer, incluyendo los malos pensamientos, esto no quiere decir que no tenemos que hacer nuestra parte. Hay que purificar nuestros pensamientos, a fin de que no hagamos o hablemos cosas erradas para que Satanás no tenga armas para usar contra nosotros:
Necesitamos la constante conciencia del poder ennoblecedor de los pensamientos puros y de la influencia dañina de los malos pensamientos. Concentremos nuestros pensamientos en cosas santas. Que sean puros y verdaderos, porque la única seguridad de toda alma consiste en pensar correctamente. Tenemos que usar todos los medios que Dios ha puesto a nuestro alcance para el gobierno de los pensamientos y su cultivo. Tenemos que poner nuestras mentes en armonía con la suya. Su verdad nos santificará en cuerpo, alma y espíritu.—Carta 123, 1904. {2MCP 301.2}
La purificación de los pensamientos – una comunión con Dios tan profunda hasta el punto de que nuestra vida sea completamente de Él – es lo que más necesitamos. Ore a Dios. Asegúrese de que incluso orando en el pensamiento, Él te responderá. Cree en el Señor Eterno. Acepte a Jesús como su Salvador. Al hacer esto, su vida será otra y su victoria será segura.
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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