Hace algun tiempo que leer Mateo 24 es como hojear un periódico del día. En nuestro tiempo, esto es más cierto que nunca. En represalia por el ataques con armas químicas en Siria, en una acción sin el apoyo de las Naciones Unidas, los Estados Unidos lanzaron 50 misiles en una base aérea de Siria, creando así una situación de gran inestabilidad y dejando claro que a Donald Trump no le importa mucho la opinión de los demás cuando se trata de defender los intereses de su país.
A Rusia, alineada con el gobierno de Bashar al-Assad, no le gusto ni un poco el ataque, e incluso saco del «garaje» el más grande submarino nuclear del mundo . Otro que se quejó de la acción y la considero provocativa fue el dictador de Corea del Norte, el país bajo la atención de Washington debido a su programa nuclear, por el hecho de haber hecho una prueba de misiles muy cerca de Japón y por estar desarrollando una ojiva que sería capaz de alcanzar el territorio estadounidense. Trump ordenó que una flota de guerra se acercara al Mar de Corea, en una clara actitud de intimidación y demostración de poder. Como se puede ver una vez más en la historia, estamos sentados sobre un barril de pólvora a punto de explotar (Daniel 11:40?). La gran pregunta es: ¿Hasta cuándo los ángeles del Apocalipsis van a sostener los vientos que presagian guerras destructivas y el final de la aparente estabilidad? Aprovechemos el tiempo.
Sumado a todo esto, más de tres ataques terroristas han cobrado vidas inocentes: uno en Suecia y otros dos en Egipto en el día en que los cristianos coptos celebran el llamado Domingo de Ramos antes de Pascua. Los terroristas del Estado Islámico tomaron la autoría de las masacres. El mundo ya no soporta tanta barbarie promovida por estos extremistas y fanáticos «fundamentalistas». La impresión que se tiene es que no hay lugar seguro en este planeta, no hay lugar para tal intolerancia religiosa.
El mundo amenazado por las guerras, las actividades terroristas y al borde del caos necesitaría más que nunca de un líder moral planetario para unir a todos en la búsqueda de la paz. El escenario se desarrolla desde hace algún tiempo. ¿Cuándo será el final? Solo Dios sabe. Lo importante es confiar en Él y caminar de la mano con él – hasta el final. No hay tiempo para jugar con la religión. Hay que tomar en serio las profecías y nuestra relación con Jesús.
Por Michelson Borges
Nota: «Cuatro ángeles poderosos siguen reteniendo los cuatro vientos de la tierra. Es prohibida la llegada de una terrible y completa destrucción. Los accidentes por tierra y por mar; la pérdida de vidas, constantemente aumentando, por tormentas, tempestades, desastres de ferrocarriles y guerras; las tremendas inundaciones, los terremotos y vientos serán del despertar de las naciones en una lucha a muerte, mientras que los ángeles sostienen los cuatro vientos, prohibiendo que el terrible poder de Satanás sea ejercido en su furia hasta que los siervos de Dios sean sellado en sus frentes. «(Ellen G. White, Review and Herald 7 de junio, 1887).
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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