Cierta vez, cuando el pueblo de Dios se torno descuidado en su relación con Él, el Señor les advirtió por medio del profeta Hageo. «¡Vean a donde sus caminos los llevaron!», Él dijo esto, llevándolos a reflexionar sobre algunas cosas que acontecían con ellos, y evaluar su espiritualidad descuidada a la luz de lo que Dios los había enseñado.
Incluso aquellos más fieles a Dios, a veces necesitan dar una pausa y pensar en el sentido de sus vidas. Es muy fácil pasar de una semana muy a la otra sin siquiera parar y ponderar a donde vamos y hacia donde deberíamos ir.
El comienzo de un nuevo año es el tiempo ideal para parar, reflexionar y pensar sobre nuestra vida. Para eso, aquí hay algunas cuestiones para preguntarse en oración en la presencia de Dios.
- ¿Qué podrías hacer este año para aumentar tu placer en Dios?
- ¿Qué es lo más humanamente imposible que le vas a pedir a Dios este año?
- ¿Qué es lo más importante que puedes hacer para mejorar la calidad de vida de tu familia este año?
- ¿Qué aspecto espiritual en particular quieres mejorar este año y cómo lo harás?
- ¿Cuál es la mayor pérdida de tiempo en tu vida y qué vas a hacer al respecto este año?
- ¿Cuál es la mejor manera de ayudar a fortalecer su iglesia?
- ¿Por la salvación de quién orarás más fervientemente este año?
- ¿Cómo vas a intentar, por la gracia de Dios, hacer esto diferente al año anterior?
- ¿Qué puede hacer para mejorar su vida de oración este año?
- ¿Qué piensa hacer este año que marcará la diferencia en los próximos 10 años? ¿Y en la eternidad?
- ¿Cuál es la decisión más importante que debe tomar este año?
- ¿Qué área de su vida necesita más simplicidad y cómo podría simplificarla?
- ¿Qué necesidad se siente más obligado a satisfacer este año?
- ¿Qué hábito te gustaría crear este año?
- ¿A quién quieres animar más este año?
- ¿Cuál es su objetivo financiero más importante este año y cuál es el paso más importante que puede dar en esa dirección?
- ¿Qué es lo más importante que puede hacer para mejorar la calidad de su vida laboral este año?
- ¿Cómo podrías ser una bendición para tu pastor (o para alguien más que te pastorea) este año?
- ¿Qué podrías hacer este año para enriquecer el legado espiritual que dejarás a tus hijos y nietos?
- ¿Qué libro, además de la Biblia, más le gustaría leer este año?
- ¿Qué es lo que más lamentas el año anterior, qué vas a hacer este año?
- ¿Qué bendición de Dios es lo que más desea buscar este año?
- ¿En qué área de su vida necesita más crecimiento y qué hará al respecto este año?
- ¿Qué viaje te gustaría hacer este año?
- ¿Qué habilidad le gustaría aprender o mejorar este año?
- ¿Para qué ministerio o trabajo piensa ofrecer más este año?
- ¿Qué es lo más importante que puede hacer para mejorar la calidad de su comunidad este año?
- ¿Qué doctrina bíblica desea comprender mejor este año y qué va a hacer al respecto?
- Si los que mejor te conocen te dieran algún consejo, ¿qué crees que dirían? ¿Qué puedes hacer al respecto?
- ¿Qué es lo más importante que pretendes comprar este año?
- ¿En qué área de su vida tiene la intención de cambiar más y cómo piensa hacerlo?
El valor de muchas de estas cuestiones no está en su profundidad, sino en el simple hecho de que ellas enfocan alguna cuestión o compromiso. Por ejemplo, sólo por pensar en alguien que desea animar en ese año, probablemente usted recordará más de alentar a esa persona de lo que usted no hubiera pensado al respecto.
Si crees que estas cuestiones te pueden ayudar, tal vez sea bueno guardarlas en algún lugar – en la agenda, calendario, celular, etc – donde puedes revisarlas con más frecuencia que una vez al año.
Pensemos en nuestras vidas, y hagamos planes y tracemos metas, y vivamos ese nuevo año con diligencia bíblica, recordando que «los planes bien elaborados llevan a la abundancia» (Proverbios 21: 5). Pero en todas las cosas, recordemos también nuestra dependencia de Dios, que dijo que «sin mí no pueden hacer nada» (Juan 15: 5).
Don Whitney – (a través de Reforma21)
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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