La Palabra de Dios presenta el don de la curación como una posibilidad de Dios y de Satanás.
Jesús realizó muchos milagros de sanación. Pedro, después de haber alcanzado la curación del cojo junto a la puerta llamada Hermosa, afirmó claramente que ese acto fue realizado por el poder de Cristo Jesús y no por su capacidad (Hechos 3: 12-16). Así, en toda la Escritura, la posibilidad de curación es alcanzada por el poder de Dios. Los instrumentos usados para tal milagro pueden ser profetas, apóstoles o alguien designado por Dios. La ciencia y los médicos también pueden ser usados hoy como instrumentos en las manos de Dios para la operación de curaciones. Las Escrituras no limitan la posibilidad de sanación a una determinada época o período. Los milagros dan evidencia del poder de Dios, pero no olvidemos la contracción satánica. Veamos cómo sucede esto.
El apóstol Pablo describe la acción fraudulenta de Satanás en 2 Corintios 11: 13-15. Él se disfraza en ángel de luz y así también sus apóstoles. El libro del Apocalipsis presenta las señales y maravillas de la bestia que representa a Satanás y el Anticristo (Apocalipsis 13:13 y 14, 16:13 y 14). En su sermón profético, Jesús evidencia la acción devastadora de los falsos Cristos y falsos profetas engañando a los escogidos (Mateo 24:24). En Mateo 7: 22,23 Jesús relata la decepción que muchos supuestos cristianos experimentarán, con ocasión de su regreso. Según este relato, algunos expulsaron demonios, otros profetizaron y otros hicieron muchos «milagros». Pero para el horror de ellos, Jesús dirá: «Apartaos de Mí, no os conozco».
¿Cómo saber si una sanación fue efectuada por Dios o Satanás?
El mismo Jesús responde (Mateo 7: 21-23). La cura da evidencia de la acción de un poder satánico o divino. Nadie debe creer en un predicador o apóstol sólo porque realiza milagros. Si su vida y sus enseñanzas no están de acuerdo con la doctrina bíblica de nada servirán tales milagros (Isaías 8:19 y 20). La cura no prueba la verdad, es la verdad (bíblica) la que prueba la curación.
«Nadie necesita ser engañado. La ley de Dios es tan sagrada como su trono, y mediante ella será juzgado todo hombre que nace en el mundo. No existe otra norma para probar el carácter. “Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”. Ahora bien, ¿se decidirá el caso de acuerdo con la Palabra de Dios, o se dará crédito a las pretensiones humanas? Cristo dice: “Por sus frutos los conoceréis”. Si aquellos por medio de quienes se realizan curaciones están dispuestos—en vista de estas manifestaciones—a excusar su descuido de la ley de Dios, y prosiguen desobedeciendo, aunque tengan poder en todo sentido, tal cosa no significa que posean el gran poder de Dios. Por el contrario, es el poder obrador de milagros del gran engañador. Es un transgresor de la ley moral, y utiliza toda invención posible para enceguecer a los hombres en cuanto a su verdadero carácter. Se nos ha advertido que en los últimos días obrará con señales y maravillas mentirosas. Y continuará esas maravillas hasta que termine el tiempo de gracia, a fin de poder señalarlas como evidencias de que es un ángel de luz y no de las tinieblas.» (Mensajes escogidos 2, página 58)
Hay muchas religiones que hablan mucho de fe, pero si no hay cura, si no hay enriquecimiento, entonces no hay motivación para seguir a Cristo. ¿Será esto fe o negociación? Si no hay compensación no hay relación? El apóstol Pablo le pidió a Dios que lo curara de su enfermedad, pero Dios no lo curó. ¿Quiere decir entonces que el apóstol Pablo no tenía fe? Cristo dijo que sería mejor perder un ojo, un brazo o la propia vida, que perder la vida eterna.
«Encontraremos falsas pretensiones; surgirán falsos profetas; habrá sueños y visiones falsos; pero predicad la Palabra y no os dejéis alejar de la voz de Dios manifestada mediante su Palabra. No permitáis que nada distraiga los pensamientos. Se representará y se presentará lo maravilloso y lo admirable. Mediante engaños satánicos y milagros maravillosos se procurará forzar la aceptación de las pretensiones de los instrumentos humanos. Cuidado con todo esto.». (Mensajes escogidos 2, página 55)
En Isaías 35: 5 y 6 el profeta habla del tiempo cuando Dios vendrá a restaurar la Tierra, entonces los ciegos, los cojos, los mudos y los sordos serán sanados por el poder de su amor. Por lo tanto, Dios nunca prometió sanar a todos los que creen en Él, pero prometió llevarlos a su hogar donde no habrá más muerte ni dolor (Apocalipsis 21: 1-4).
En los inicios de la era cristiana, Dios dio a la iglesia el don de la curación y otros dones, para dar crédito a la predicación de las buenas nuevas de la salvación provista por un Dios que fue muerto por simples mortales. Esto en aquella época era locura para los incrédulos. Los dones dados a la Iglesia eran para ser evidencias del poder de Dios en la vida de sus humildes siervos.
Note que el énfasis de la predicación del evangelio que revolucionó el mundo no estaba basado en el don de la curación, sino en el amor de Jesús demostrado en la cruz del calvario. ¿No había enfermos en aquel tiempo? ¡Ciertamente muchos! Pero los discípulos jamás usaron la curación como un medio de propagar sus creencias. Las personas no estaban interesadas en la curación, sino en la nueva vida ofrecida por Cristo.
Satanás ha disturpado todo lo que Dios creó para la felicidad eterna del hombre: el sexo, la música, la danza, las diversiones, los alimentos, los dones espirituales, etc … Tanto es que Cristo nos advirtió acerca de los falsos cristos, falsos profetas, falsos milagros, etc. Hoy hay mucha explotación comercial y espiritual en torno a las curaciones, donde se ve charlatanismo, trucos baratos, autosuficiencia, y manifestaciones demoníacas. Gracias a Dios que nuestra salvación no depende de sanaciones y milagros, sino de la persona de Jesús. Él es el único nombre para nuestra salvación (Hechos 4:12).
«Habrá enfermos que sanarán delante de nosotros. Se realizarán milagros ante nuestra vista. ¿Estamos preparados para la prueba que nos aguarda cuando se manifiesten más plenamente los milagros mentirosos de Satanás? Habrá personas que, sometidas a la influencia de los espíritus malignos, realizarán milagros. Enfermarán a las gentes arrojando sobre ellas sus ensalmos, y luego quitarán su hechizo e inducirán a algunos a decir que los enfermos fueron curados milagrosamente. Satanás ha hecho esto vez tras vez. Pronto ocurrirán escenas maravillosas con las cuales Satanás estará estrechamente relacionado. La Palabra de Dios declara que Satanás obrará milagros. Hará enfermar a la gente y después quitará repentinamente de ella su poder satánico. Eso hará que se considere sanados a los enfermos. Estas obras de curación aparente pondrán a prueba a los adventistas. Satanás puede, mediante una variedad de engaños, realizar maravillas que pasarán por milagros genuinos. Esto mismo fue lo que pretendió introducir como elemento de prueba en el momento cuando los israelitas iban a ser librados de Egipto.» (Eventos finales, p. 166)
Creemos que Jesús puede y realiza milagros y curas maravillosas, pero no es por eso que creemos en Él. Creemos en Él porque en la cruz Él demostró ser nuestro amoroso Salvador!
Creemos que la actitud más correcta es seguir los consejos de la Palabra de Dios, donde con seguridad encontramos luz para nuestro camino durante la jornada en este mundo cubierto por las tinieblas del egoísmo. La Biblia dice: «Examinad todo y retened lo que es bueno; No todo lo que dice el Señor entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi padre.
«La Biblia nunca será reemplazada por manifestaciones milagrosas. Hay que estudiar la verdad, y hay que buscarla como un tesoro escondido. No se darán inspiraciones maravillosas aparte de la Palabra, ni aquellas tomarán el lugar de esta. Aferraos a la Palabra, y recibid la Palabra injertada, la cual hará a los hombres sabios para la salvación». (Eventos finales, página 144)
Yo he sido sanado x el poder satanico me ire al infierno o con cristo al cielo estoy en duda