¿Debieran involucrarse en política los Adventistas del Séptimo día? ¿Es correcto hacer campaña por un partido o una persona? ¿Debiéramos tomar una posición sobre las cuestiones sociales de la actualidad? ¿Debemos votar siempre?
El propósito de este estudio
- El propósito de este estudio no es resolver la decisión individual.
- Cada adventista debe tomar su propia decisión después de la consideración individual del problema a la luz de su propio estudio de la Biblia y la instrucción del Espíritu de Profecía.
- El propósito de este estudio es simplemente señalar ciertas referencias y hacer algunas sugerencias que podrían ser útiles para aplicar las declaraciones a las situaciones actuales.
- Hay muchas otras declaraciones pertinentes en los diversos documentos de Elena G. de White; esta compilación es una primera ayuda.
Recomendaciones al adventista en referencia a la política
- El punto de vista adventista debe basarse en las enseñanzas de la Biblia y las instrucciones del Espíritu de Profecía.
- El punto de vista adventista con respecto a los asuntos públicos debe ser moldeado por nuestra comprensión de la profecía y por nuestra filosofía de la historia.
- En su actitud y posible participación en los asuntos públicos, el adventista debe permanecer completamente e inteligentemente independiente, siempre plenamente adventista.
- Los adventistas deberían estudiar los asuntos contemporáneos en lugar de solo la historia pasada.
¿Es correcto estudiar este tema?
- “Hay un estudio de la historia que no debe condenarse. La historia sagrada fue uno de los estudios que se hacían en las escuelas de los profetas. En la crónica de su trato con las naciones se trazaban las huellas de Jehová. Así también debemos considerar hoy día los tratos de Dios con las naciones de la tierra. Debemos ver en la historia el cumplimiento de la profecía, debemos estudiar las obras de la Providencia en los grandes movimientos de reforma, y entender la marcha de los acontecimientos en la reunión de las naciones para el conflicto final de la gran controversia.” Consejos para los Maestros, p. 367.2
Base bíblica de este estudio
El Nuevo Testamento presenta varias orientaciones con respecto al deber cristiano de reconocer y respetar a los Gobiernos y a las autoridades
- Marcos 12:27 “Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios”
- Romanos 13: 1 “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.”
- Tito 3: 1 “Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra.”
- 1 Pedro 2:13,14 “Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior,ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien.”
Solamente cuando los poderes temporales imponen la transgresión a las leyes divinas es cuando el cristiano debe asumir la postura de “obedecer a Dios antes que a los hombres”
- Hechos 5:29 “Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.”
Los adventistas y el voto
Los adventistas, si votan, deben votar inteligentemente:
- “Es un error de vuestra parte unir vuestros intereses con algún partido político, para echar vuestro voto en su favor.” Obreros Evangélicos, p. 409.1
El adventista, si vota, debe permanecer libre e independiente. No debe votar sin analizar los candidatos y las cuestiones individuales.
Los adventistas, si votan, no pueden participar en prácticas políticas encubiertas:
- No podemos votar sin peligro por los partidos políticos; porque no sabemos para quiénes votamos. .” Obreros Evangélicos, p. 406.1
Los adventistas, si votan, no deben vincular su iglesia con ningún partido político:
- Dios emplea las figuras más fuertes para mostrar que no debe haber unión entre los partidos mundanos y los que buscan la justicia de Cristo. ¿Qué comunión puede haber entre la luz y las tinieblas, la verdad y la injusticia?—Ninguna. – Obreros Evangélicos, p. 406.1
Los adventistas, si votan, no deben involucrarse emocional o violentamente en luchas partidistas:
- Tanto los que ocupan el puesto de educadores, como los ministros, como colaboradores de Dios en cualquier ramo, no tienen batallas que reñir en el mundo político. Su ciudadanía está en los cielos. El Señor les pide que sean un pueblo separado y peculiar. – Obreros Evangélicos, p. 408
Los adventistas no deben involucrarse en opiniones políticas:
- Cada maestro, predicador o dirigente de nuestras filas que se sienta incitado por un deseo de ventilar sus opiniones sobre cuestiones políticas, debe ser convertido por una creencia en la verdad, o renunciar a su trabajo. — Obreros Evangélicos, p. 408
¿Esta desalentado el ejercicio del voto?
Elena White hizo estas declaraciones cuando la política parecía cada vez más corrupta.
«Comenzó a parecer que el gobierno nacional tenía una sola razón para existir, promover los intereses del partido dominante a través de una distribución adecuada del botín».
Fue un período de corrupción política, quizás sin precedentes en ningún otro período de la historia de los Estados Unidos. Los adventistas expresaron fuerte oposición a la política y al espíritu que acompañaba, por lo general, a las campañas electorales.
Uno de los escritores, David Hewett, miembro laico, hizo esta pregunta:
- “Mis hermanos, ¿dedicaremos nuestro tiempo a las campañas políticas,… cuando esperamos el pronto regreso de Cristo en toda la gloria de su Padre, y a todos los ángeles que vienen con él, cuando se sentará sobre el trono de su gloria?”– Review and Herald, 11 de septiembre de 1856.
Urías Smith escribió:
- “A la pregunta, porqué no obramos con nuestros votos e influencia contra la tendencia dañina de estos tiempos, respondemos que nuestros puntos de vista de la profecía nos llevan a la concluir que las cosas no mejorarán… Y sentimos que es nuestro deber restringir nuestros esfuerzos en prepararnos, y también a otros en tanto podamos, para el gran desenlace final que ya está ante nosotros –la manifestación del Hijo [del] Hombre en los cielos, la destrucción de todos los gobiernos terrenos, el establecimiento del reino glorioso, universal y eterno del Rey de reyes, y la redención y liberación de todos sus súbditos.” –Ibíd.
Lo siguiente lo escribió Roswell F. Cottrell, un ministro al oeste de Nueva York durante la corrupción política de Estados Unidos:
- “No puedo votar por un hombre malo, porque está en contra de mis principios; y, bajo el presente estado de política corrupta y que corrompe, no desearía elevar a un hombre bueno para que oficie, porque lo arruinará.” –Ibíd. 30 de octubre de 1856.
Eran las cuestiones nacionales las que estaban en juego en las situaciones descritas en lo que acabamos de mencionar. Sin embargo, una elección local en Battle Creek en 1859, desafió a los adventistas a considerar sus responsabilidades como ciudadanos en una comunidad. Fueron presionados a hacer un compromiso definitivo en el tema del voto. ¿Qué tuvieron que hacer?
E. G. de White, quien estaba presente mientras los líderes adventistas discutían esta cuestión, hizo el siguiente comentario introductorio en su diario personal:
- “Asistí a la reunión en la víspera. Fue una reunión bastante franca e interesante. Después de que hubo concluido, se trató y consideró el asunto del voto. Primero habló Jaime y luego lo hizo el hermano Andrews, y pensaron que lo mejor era prestar su influencia en favor de lo recto y en contra de lo incorrecto. Piensan votar por hombres temperantespara los cargos en nuestra ciudad en lugar de que por su silencio corran el riesgo de que en los cargos sean puestos hombres intemperantes. El hermano Hewett habla de su experiencia reciente y está persuadido de que es correcto que emita su voto. El hermano Hart habla a favor. El hermano Lyon se opone. Nadie más pone reparos al asunto del voto, pero el hermano Kellogg empieza a sentir que es correcto. Entre los hermanos hay sentimientos gratos. Ojalá todos puedan proceder en el temor de Dios.”
¿Qué decisión tomaron los líderes adventistas?
La tercera sesión anual de la Asociación General, que se reunió en Battle Creek el 17 de mayo de 1865, estaba destinada a hacer historia en relación con la cuestión del voto. Alli se tomo la siguiente resolución:
- Resuelto, que a nuestro juicio, el acto de votar cuando se ejerce en beneficio de la justicia, la humanidad y el derecho, es en sí mismo inocente, y puede a veces ser extremadamente apropiado; pero que el dar un voto que fortalezca la causa de crímenes tales como la intemperancia, la insurrección y la esclavitud, lo consideramos altamente criminal a la vista del cielo. Pero rogamos que no haya participación en el espíritu de contienda política. –Ibíd., 23 de mayo de 1865.
Note la distinción clara que se hace entre el ejercicio del derecho a votar y la “participación en el espíritu de contienda política”. Esta declaración se mantiene hasta hoy día.
¿Debemos entrometernos en política?
- Como pueblo, no debemos mezclarnos con asuntos políticos… no debemos unirnos en yugo con los infieles en cuestiones de política, ni establecer ninguna clase de vínculo con ellos [en sus mensajes]… Guardad en secreto el modo en que votáis. No sintáis que es vuestro deber instar a todos a hacer como hacéis vosotros. –Mensajes selectos, tomo 2, pp. 387, 388.
Tres conclusiones
De este estudio histórico surgen tres claras conclusiones:
- Siempre debemos votar “del lado de la temperancia y de la virtud”.
- La decisión de votar por candidatos es una decisión personal. Si usted vota, “Guardad en secreto el modo en que votáis. No sintáis que es vuestro deber instar a todos a hacer como hacéis vosotros”.
- Debemos estar libres de contiendas políticas y corrupción.
El pastor J. Lamar McElhany, durante 16 años presidente de la Asociación General, se expresó (en la Review, 23 de octubre de 1952) de esta manera:
- «La iglesia nunca ha intentado instruir a sus miembros sobre cómodeberían votar, o para quién deberían votar. Estos asuntos deben dejarse en manos de la conciencia individual de los miembros. La iglesia tampoco ha prohibido o censurado a sus miembros. Si ellos, como ciudadanos calificados, eligen ejercer su derecho al voto, o sobre cualquiera que pueda elegir no votar «.
Conclusión final
Bajo las condiciones apropiadas, el adventista puede emitir su voto, o abstenerse de votar, como lo sugiera su juicio deliberado. El verdadero cristiano sopesará las cosas con calma, se conducirá con la más estricta rectitud y dignidad, siempre buscando ser informado de manera completa e imparcial, y en todos los aspectos de sus funciones siempre buscará mostrar primero, y a toda costa, su obligaciones de embajador como representante personal de Cristo entre sus semejantes.
Referencias:
https://www.ministrymagazine.org/archive/1968/11/adventists-and-politics
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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