Ya comienza el año 2020, un año más para vivir. ¿como hemos vivido estos años anteriores? ¿hemos tenido un propósito, hemos vivido una vida con algún sentido que lo valga?
Vivir por vivir no sirve, somos seres racionales, pensamos y entendemos. ¿Que estamos haciendo con nuestra vida? Una vida sin proposito es una muerte en vida.
Nacer, crecer, reproducirse y morir. ¿Nada más? ¿Crees que eso es todo? Eso es una vida sin propósito. Debe haber algo por lo que valga la pena vivir. Algo que le dé el sentido a la vida. No es ningún logro personal. Ni dinero, ni placer, ni autocomplacencia. Ni cualquier cosa grande o pequeña de este mundo. Eso no vale la pena. Es fugaz, no dura, se termina, deja de ser, no satisface.
Tenemos un blanco mucho más elevado. Vivir sin un sentido más sublime es un mal que debemos temer. ¿Acaso no has pensado en lo que será de tu vida? ¿Has pensado en lo que estás haciendo ahora mismo con ella? ¿a dónde te llevarán tus pensamientos y acciones de ahora? ¿Acaso crees que tu vida no vale lo suficiente como para conducirla correctamente?
No se puede gastar la vida persiguiendo propósitos falsos, despreciables o inútiles. El valor del ser humano es demasiado alto para dedicarlo a cosas tan banales, triviales, sin sustancia, sin trascendencia. Y usted y yo sabemos a qué dedicamos nuestra vida y que es lo que hacemos y esperamos con ella cada dia.
Hay algo más allá, más profundo, más hondo, más infinito, completamente grande e ilimitado. Es un sentido de vida que nunca escasea y sobreabunda. Un propósito de vida honorable, que merece toda la pena posible, no es una utopía, es real y cercano.
Este sentido de vida no es una religión, no es una creencia fanática, discriminadora y exclusiva. Poco se atreven a vivirlo porque es difícil, porque es más fácil vivir la vida sin propósito y sin sentido como seres sin razón. Porque cuesta comprometerse. Es que requiere trabajo y esfuerzo, porque pide valentía y coraje.
El verdadero propósito de esta y cualquier otra vida se encuentra al lado del Creador. Apenas lo comprendemos, es difícil entenderlo con tanto mundo en la mente. Ecl 12:13: «Honrar a Dios y hacer su voluntad es el todo del hombre» tal como lo dijo el hombre más sabio y que experimentó todas las vanidades de este mundo.
«Honrar a Dios y hacer su voluntad» es lo único por lo que vale la pena vivir. ¿Lo duda? Esto es lo único que hace trascendental la vida presente y futura de cualquier ser humano. Lo demás que hagamos es mera vanidad y lo material que consigamos es solo combustible para el día final. Al final lo único que nos va a servir para estar en frente del Creador es haberlo honrado y haber hecho su voluntad en esta tierra.
Estamos de paso en este mundo oscuro y sombrío, es la prueba de la vida eterna, la que vale la pena, la que anhelamos quienes tenemos esperanza. Honrar a Dios y obedecerle nos pone en una esfera diferente, nos eleva hacia otra visión, podemos ver por encima de la oscuridad y la turbulencia, allí tenemos todo.
Y cualquier sentido mundanal que le podamos encontrar a esta vida, no es suficiente, ni completo, ni es tan alto, ni lo es todo como el hecho de Honrar a Dios, de conocerlo, amarlo, de confiar en él y de hacer cada cosa que su completa y magnífica sabiduría pueda designar. ¡Quién como Dios! Y quién soy yo para negarme a su influencia, quienes somos los seres humanos para rechazar su perfecto amor. Perdónanos Señor.
Yo quiero vivir una vida con propósito en los años por venir. No me quisiera lamentar el día cuando vea que lo perdí todo por cosas tan banales de este mundo. ¿Quiere vivir una vida con sentido? El camino es difícil y ya sabe cuál es.
Por Diego Castilla
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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