El propósito de este curso de 16 lecciones es estudiar los elementos básicos del evangelio directamente de la Biblia. La esperanza es que a través de este estudio, el proceso de salvación será una vez más claro y simple para el sincero estudiante de la Biblia. Debemos saber absolutamente por nosotros mismos lo que la Biblia realmente enseña acerca de la salvación.
Antes de comenzar a estudiar la Biblia, tenemos que presentar algunas preguntas básicas que orientarán todos los estudios que están por venir. La pregunta central en cualquier estudio del evangelio es la simple pregunta: ¿qué es el pecado?
¿Qué vino a hacer Jesús?
«Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.». Mateo 1:21
(A) ___ Jesús se convirtió en un buen maestro.
(B) ___ Jesús vino a salvar a la humanidad perdida.
Es el pecado lo que nos hace perdernos, y el evangelio es la buena noticia de cómo Dios nos salva del pecado.
Ahora, muchos de nosotros suponemos que sabemos lo que es el pecado, pero dado que generalmente es cierto en la mayoría de los casos que encontramos algo sin examinarlo cuidadosamente, nuestras suposiciones pueden simplemente no estar comprobadas y deben repensarse con más cuidado.
En este punto, nos parecemos un poco a un paciente que toma una cita médica. Lo más importante que el médico puede hacer por ese paciente es darle un diagnóstico correcto de lo que está mal. Si el diagnóstico es incorrecto, el medicamento recetado no funcionará e incluso puede empeorar las cosas.
Pero si el diagnóstico es correcto, el medicamento tiene buenas posibilidades de éxito. Es exactamente lo mismo en el estudio sobre la salvación. Si el diagnóstico del pecado es correcto, entonces el remedio del evangelio para el pecado resolverá el problema, y podemos estar seguros de la salvación. Por otro lado, si nuestra definición de pecado no es bíblica y se basa en información errónea, es probable que nuestro evangelio sea igualmente no bíblico y se base en siglos de tradición cristiana en lugar de la Palabra de Dios.
La pregunta crucial es: ¿Cuál es la naturaleza del pecado por el cual el hombre es encontrado culpable, tan culpable que debe morir en el fuego del infierno a menos que sea redimido por la gracia de Dios? Debemos ser precisos al definir la naturaleza de este pecado, para que podamos saber exactamente de que el evangelio nos rescata. ¿Por qué debemos ser perdonados? ¿Qué debe curarse para escapar de la muerte eterna?
¿Cuál es el problema más serio de la humanidad?
«Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios»(Romanos 3:23).
(A) _____ Nuestro problema es la pobreza.
(B) _____ Nuestro problema es la falta de educación.
(C) _____ Nuestro problema es el pecado.
La verdadera pregunta es: ¿Cómo es que todos nosotros hemos pecado? ¿Qué nos llevó a estar sin la Gloria de Dios? La respuesta que damos a estas preguntas afectará todas las demás decisiones que tomemos sobre cómo somos salvos.
Sabemos que Adán eligió el pecado voluntariamente. Sabemos que se hizo culpable por su elección. ¿Pero qué hay de nosotros? ¿Somos culpables por el pecado de Adán; por qué nacemos como sus descendientes? ¿Somos culpables porque heredamos de él una naturaleza caída? ¿O somos culpables porque elegimos repetir el pecado de Adán?
A esta pregunta, se han dado dos respuestas básicas en la historia cristiana.
Vamos a clasificarlas como Definición A y Definición B.
Definición A
Nuestra condenación delante de Dios es el resultado de algo llamado «pecado original». El pecado original no significa la elección de Adán de pecar, pero sí significa el estado en el que nacimos debido al pecado de Adán. Debido al pecado de Adán, somos pecadores de nacimiento. Algunos dicen que somos culpables o condenados porque hemos heredado el pecado de Adán. Algunos dicen que somos culpables o condenados porque nacimos como hijos e hijas de Adán, quien era la cabeza de la raza humana. Algunos dicen que somos culpables o condenados porque nacimos en un estado de separación. Nacemos separados de Dios, y esta separación es nuestra culpa. Algunos dicen que no somos culpables de ninguna de estas cosas, pero que nacimos condenados por ser parte de una raza caída.
Pero el denominador común en todos estos puntos de vista es que somos culpables o condenados porque nacemos en la familia humana. Nuestra condenación se basa en nuestro nacimiento en un mundo caído con una naturaleza caída. Nacimos perdidos por nuestra herencia de una naturaleza caída.
A pesar de que podemos elegir hacer muchas cosas malas en nuestras vidas, somos pecadores perdidos principalmente por nuestro nacimiento, antes de que ocurra cualquier elección. El pecado existe en nosotros antes de la elección o incluso antes de que haya conocimiento (comprensión). El pecado existe en nosotros antes de que podamos entender algo sobre lo correcto y lo incorrecto. El pecado reside dentro de nosotros debido a nuestro nacimiento en una raza caída.
Pregunta para la reflexión: ¿Cuál es la solución aceptada para este problema?
Esta definición de pecado es la razón por la cual algunos cristianos creen en la necesidad del bautismo infantil. Si estamos perdidos al nacer debido a nuestra naturaleza caída, sería extremadamente importante para nosotros ser bautizados inmediatamente para lavar nuestro pecado.
Definición B
Esta otra definición dice todo lo que dice la definición anterior, excepto por una cosa diferente.
Esta definición dice que cuando Adán pecó, algo cambió en la naturaleza de Adán, cambiando su naturaleza que era perfecta y obediente, en una naturaleza distorsionada, egoísta y egocéntrica.
Todos heredamos esta naturaleza caída de Adán, lo que significa que es más natural hacer lo que está mal que hacer lo correcto. La única diferencia entre esta definición y la definición anterior de pecado es que no heredamos la culpa o la condena.
Heredamos todo lo que Adán podría haber pasado a sus hijos, pero no nacemos pecadores condenados. Nos convertimos en pecadores ante Dios, perdidos y condenados, cuando elegimos personalmente rebelarnos contra la voluntad revelada de Dios.
Pregunta para la reflexión: ¿Sería necesario el bautismo infantil en esta última definición?
Estas son las dos definiciones clásicas de pecado en el cristianismo. Dependiendo de la definición que elijamos creer, los temas de la justificación por la fe también se entenderán de manera diferente.
Lo que creemos sobre la justificación, la santificación y la perfección también será diferente, dependiendo de la decisión que tomemos sobre la naturaleza del pecado.
La definición A nos llega con credenciales impresionantes. Fue desarrollada muy temprano en la historia cristiana. A partir del siglo IV, esta definición ha sido la creencia ortodoxa aceptada entre la mayoría de los cristianos. Esta fue incluso la creencia aceptada durante la Reforma Protestante del siglo XVI.
Inevitablemente, esta creencia se ha convertido en la visión dominante de la mayoría de las iglesias de hoy. Pero como es cierto con todas las creencias aceptadas, debemos hacer la pregunta: ¿esta creencia se basa en las Escrituras o la tradición?
Muchas enseñanzas que han sido aceptadas en el cristianismo moderno no se basan en las Escrituras, sino en tradiciones antiguas. Nuestra pregunta siempre debe ser, ¿qué dice Dios?
Por extraño que parezca, dos evangelios diferentes se basan en estas dos definiciones diferentes de pecado. Un evangelio trata de resolver el problema de nacer pecador perdido y vivir en un estado constante de pecado, mientras que otro evangelio trata el problema de la voluntad rebelde y las elecciones negativas. Un evangelio tiene que ver con la naturaleza que heredamos, mientras que otro evangelio se enfoca en el carácter que Dios quiere desarrollar en nosotros.
Si queremos estar seguros de que estamos creyendo y viviendo el verdadero evangelio bíblico, entonces debemos tener mucho cuidado de aprender de la Biblia lo qué es realmente el pecado, y sobre qué base nos encontramos como pecadores condenados a la vista de Dios. Ahora estamos listos para abrir la Biblia para aprender lo que nos dice.
Las siguientes lecciones van ser publicadas en nuestro sitio hasta completar las 16 lecciones.
Autor: Dennis Priebe
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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