El pastor Pedro Torres es el director de comunicaciones de la Unión Franco-Belga y este es el testimonio de cómo a pasado el proceso viral, pero sobre todo, cómo a mantenido la fe y la confianza hasta superar lo más grave de la enfermedad.
«El sábado 14 de marzo, de repente me sentí asfixiado. Estaba en casa cuando, sin previo aviso, sentí que no podía respirar. Al principio, pensé que era un problema cardíaco, algo que había sentido en el pasado, pero luego me di cuenta de que esta vez era diferente. Me puse de pie para respirar, e incluso fui a mi jardín mientras trataba de respirar. Me resultó muy difícil rellenar mis pulmones, y estaba realmente asustado. Pensé que pronto me desmayaría, pero el Señor me mantuvo con vida. La fiebre llegó más tarde junto con una larga lista de síntomas: tos, ojos llorosos, falta de olfato, eccema cutáneo, taquicardia, bradicardia y punzadas en todo el cuerpo, como si alguien lo estuviera martillando con las uñas.»
«Lo que he encontrado útil en momentos de tanta agonía han sido mis recuerdos. Es increíble cómo comienzas a revisar tu pasado en solo unos segundos, sintiendo que tu vida se está desvaneciendo. En esa revisión de recuerdos, encontré otras «promesas» que realmente me dieron coraje para continuar. Recordé cómo el Señor había preservado milagrosamente mi vida en ocasiones anteriores.»
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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