A Satanás poco le importa cuánto profese una persona creer en la justificación por la fe y la justicia por la fe, con tal que su mente esté puesta en las obras.
Una persona puede creer en la existencia y el poder de Dios; puede creer la verdad de la Biblia; puede creer y decir que Jesucristo es el Mesías, el Hijo de Dios, el Santo de Dios, y aún así ser un diablo; pero ESO NO ES FE. No hay poder en ese tipo de creencia para auxiliar a nadie.
¿Que la verdadera FE salvadora?
“La voluntad se somete a él”: ¿La has sometido a él? ¿La has sometido de forma que puedas saber que es así, y hasta el punto en que tus deseos, impulsos o inclinaciones no te lleven en ninguna situación a emplearla por ti mismo?
“¿No has sometido tu voluntad al Señor? Acude al Señor y háblale acerca de eso. Dile: ‘Señor, lo someto todo a ti. Lo someto todo sin reservar nada. No retengo ni una sola cosa. Todo lo entrego a ti, incluida mi voluntad, a fin de que puedas producir así el querer como el hacer, por tu buena voluntad’
Las verdaderas obras son las obras de Cristo, no las nuestras
¿No veis la manera en que las obras surgen por ellas mismas en aquel que tiene fe en Jesucristo? ¿No veis lo que pierden los que fijan su mente en las obras, en lugar de fijarla en Cristo? Pierden el origen y poder mismos que son lo único que puede obrar el bien.
Hermanos, ¿hay alguna necesidad de que dudemos que la justicia por la fe —la justificación por la fe— lleva en ella misma la virtud viviente de Dios obrando según su voluntad? Ninguna mente que se haya sometido a Dios albergará dudas al respecto.
¿No comprendéis, entonces, que pensar que hemos de esforzarnos, luchar y consumirnos a fin de obtener de Cristo el don de la justificación es el colmo de la PERVERSIÓN de la idea divina?
Autor: A.T. Jones
Sermon en audio
Traducido al español por Luis Bueno
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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